La señora Ramsey asintió.
En el castillo de los Barragán.
Wendy Barragán estaba chateando con un amigo por WhatsApp. En ese momento, su amigo Julio le envió un video.
Wendy lo abrió.
Era la grabación de una entrevista. El hombre del video rondaba los cuarenta y tantos años. Aunque ya peinaba algunas canas en las sienes, seguía siendo increíblemente apuesto y rebosaba carisma; sus ojos, llenos de vida, irradiaban una personalidad magnética.
Le resultaba muy familiar.
Wendy abrió los ojos de par en par y se incorporó de un salto de la mecedora.
"¡No puede ser!".
¿Ese era Álvaro Solano?
Wendy tragó saliva y le hizo una videollamada de inmediato.
Julio contestó casi al instante.
—Hola, Wendy, ¿qué pasa? ¿Necesitabas algo?
—¿El video que me acabas de mandar de cuándo es? —preguntó Wendy, impaciente.
—Es de hace poco.
Wendy se sorprendió todavía más. —¿Es inteligencia artificial?
Con el avance de la tecnología, la IA era cada vez más sofisticada. Al ver a Álvaro, su primer pensamiento fue que se trataba de una imagen generada por IA.
Después de todo, Álvaro llevaba más de veinte años postrado en una cama. Los médicos lo habían desahuciado hacía mucho tiempo. ¿Cómo era posible que alguien así despertara sin más?


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