Entrar Via

La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 851

Bianca anotó el número y, después de confirmarlo una vez más con Úrsula para asegurarse de que no había error, la miró con mucha seriedad.

—Ami, no te preocupes, ahora mismo contacto a Mathis.

Úrsula asintió levemente.

—Gracias por tu ayuda, Bianca.

—Ami, para eso estamos las amigas.

Aunque Bianca no tenía idea de quién era Mathis, ni siquiera había escuchado su nombre, estaba segura de que si Úrsula le pedía que lo contactara, era porque definitivamente podría ayudarla.

Dicho esto, Bianca presionó el botón de llamada.

***

En ese momento, el tiempo de visita terminó.

Los guardias se llevaron a Úrsula de regreso a su celda.

Mientras tanto, del otro lado de la línea, el teléfono sonaba sin que nadie contestara.

Bianca frunció el ceño.

«¿Cómo que nadie contesta?».

No se dio por vencida. Siguió llamando mientras caminaba hacia la salida.

Pero el resultado era siempre el mismo: nadie respondía.

Sin más remedio, Bianca tuvo que subirse a su carro y regresar a casa.

***

Por otro lado.

El celular de Mathis se había quedado sin batería y lo habían puesto a cargar. Ahora estaba sobre el escritorio de su oficina, sonando una y otra y otra vez.

En la habitación de Eliott.

Eliott, que yacía en la cama, abrió los ojos de repente.

Fue casi sin previo aviso.

La sirvienta que lo cuidaba se llevó una grata sorpresa.

—¡Reina! ¡Reina, el príncipe Eliott despertó!

Mélanie Boulanger, que estaba de pie junto a la ventana, se giró de inmediato al oírla.

No solo había despertado, sino que incluso se había sentado en la cama.

Mélanie abrió los ojos como platos, sin poder creerlo.

—¡Dios mío!

Nadie se imaginaba que su hijo, a quien tantos médicos famosos habían diagnosticado como alguien que probablemente jamás despertaría, ahora estuviera despierto.

Al segundo siguiente, Mélanie corrió hacia él emocionada y lo abrazó, llorando de alegría.

—¡Eliott! ¡Eliott! Por fin despertaste. ¿Sabes cuánto tiempo he esperado este día?

Nadie podía entender lo feliz que estaba Mélanie en ese momento.

Eliott era su único hijo.

Y el único heredero del País del Norte.

Si Eliott se iba, su mundo se derrumbaría.

Por suerte.

Por suerte su hijo había despertado.

Mélanie estaba tan emocionada que no se dio cuenta de que la mirada de Eliott estaba completamente perdida.

En ese instante…

—¡Puaj!

Eliott vomitó una bocanada de sangre.

Salió disparada con fuerza.

La sirvienta estaba justo frente a él y la sangre la salpicó por completo.

La escena era aterradora.

La sirvienta, asustada, gritó horrorizada.

—¡¡¡Ah!!!

Después de vomitar, fue como si a Eliott le hubieran arrancado el alma. Se desplomó sobre Mélanie, como un muñeco de trapo.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Cenicienta Guerrera