La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 98

Tal como lo esperaban, la personalidad de ese maestro era algo que la gente común no podía descifrar tan fácil.

—Victoria, ¿no estarás bromeando conmigo? —El director Medina miró a Victoria con desconfianza, dudando si su sobrina le estaba jugando una mala pasada.

Victoria negó con la cabeza.

—No estoy bromeando, tío. Fui con el señor Hernández y solo nos recibió la asistente del doctor Delgado.

—¿Y no le dijiste que tú fuiste una de las mejores estudiantes del doctor Delgado? —preguntó el director Medina.

—Sí se lo dije —respondió Victoria, visiblemente frustrada—. Pero ni así se dignaron a recibirnos.

La verdad, ni siquiera Victoria entendía cómo se había dado esa situación.

Durante su doctorado, el doctor Delgado siempre la había tratado con aprecio, incluso la consideraba una de sus alumnas favoritas. Sin embargo, ahora que apenas habían pasado dos años desde su graduación, todo parecía haber cambiado.

Ahora ni siquiera podía ver al doctor Delgado en persona.

Victoria sentía un aire de derrota que le revolvía el ánimo.

Miró a Javier y le habló con sinceridad:

—Señor Hernández, mejor piense en buscar a otro representante para la campaña.

Tampoco podían estrellarse de frente con la misma piedra.

El director Medina asintió.

—Director Hernández, lo que dice Victoria tiene sentido. Si el doctor Delgado ni siquiera nos quiere ver, insistir ya no tiene caso. Mire, mientras el videojuego sea bueno y tenga contenido de calidad, quien sea el representante no importa tanto, igual podemos pegar fuerte en el mercado.

Javier negó con la cabeza, tajante.

—No, aún no podemos pensar en cambiar de representante.

Para él, el doctor Delgado era, sin duda, la mejor opción.

Mientras no estuvieran completamente acorralados, Javier no quería buscar a nadie más.

En ese momento, Victoria pareció recordar algo y se animó a decir:

—Por cierto, señor Hernández, mientras usted fue al baño, alcancé a oír algo interesante de la asistente del doctor Delgado.

—¿Qué fue? —Javier y el director Medina la miraron de inmediato.

—Una compañera me contó que el doctor Delgado está hospitalizado porque se sintió mal. Además, anda buscando a una persona que le salvó la vida. Dicen que tuvo un infarto, que la cosa fue crítica y que la ambulancia se quedó atorada en el tráfico. Si esa persona no hubiera aparecido justo a tiempo, el doctor Delgado no la hubiera contado. Por eso, le está tan agradecido a esa persona que le salvó la vida.

¿Un salvador?

Javier se apresuró a preguntar:

—¿Sabes cómo se llama esa persona?

Si lograban ayudar a encontrar a ese salvador, tal vez por fin podrían reunirse con el doctor Delgado.

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