Joel pensó: ¿Acaso Raimundo dejó a Vanesa por culpa de Rosa?
Si ese tipo de verdad había hecho algo así, de plano no tenía corazón.
Por un momento, Joel sintió que Vanesa no se merecía algo así, pero la verdad, más le ganaba la curiosidad y las ganas de enterarse de todo el chisme. Así que se fue a sentar a un rincón, sacó su celular y le mandó un mensaje a Raimundo.
[Rai, ¿es cierto que terminaste con tu novia?]
Después de enviar el mensaje, Raimundo no le respondió de inmediato.
Joel no pudo evitar echarle un vistazo disimulado a Vanesa.
En ese momento, ella estaba platicando y riéndose con unas chicas. Su sonrisa iluminaba el lugar, y cualquiera podía decir que era una mujer espectacular.
Joel pensó: una mujer tan bonita, que se la ha pasado cinco años enamorada de Raimundo, entregándole todo... ¿y al final él anda enredándose con su hermana adoptiva?
—Vaya, de verdad que no entiendo cómo piensa ese Raimundo —se dijo para sí mismo.
Pasó un buen rato antes de que Raimundo contestara. Incluso a través del texto se notaba que estaba molesto.
[¿De qué hablas? No inventes.]
[¿Eh? ¿Entonces no terminaron?] Joel se quedó confundido.
[¿Cómo voy a terminar con Vanesa? ¿Quién te contó ese chisme?]
Joel miró a Vanesa de reojo y contestó:
[Me lo dijo ella misma...]
Raimundo no tardó en responder:
[¿Dónde estás?]
Joel le mandó la ubicación.
[¿Vas a venir? ¿Qué está pasando, entonces sí terminaron o no?]
[Por supuesto que no. Solo que últimamente Vanesa anda de mal humor conmigo.]
Joel entendió enseguida.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Danza del Despertar