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La Doctora que Destruyó su Imperio romance Capítulo 8

—¿Cómo puedes hablar así de Marisol? ¿Acaso tienes idea de lo difícil que ha sido su vida? Hace seis años, cuando la verdadera hija de los Feliciano regresó a la familia, la echaron, la dejaron a su suerte. Dijeron que la mandarían a estudiar al extranjero, pero ni para vivir le dieron. Y su madre biológica, esa señora solo sabe apostar y sacarle lo poco que tiene, pero aun así, Marisol se las arregló sola y consiguió entrar a la Universidad del Sur de California para hacer una maestría en microelectrónica y diseño de chips.

—Para que lo sepas, esta vez que regresó fue porque yo pagué una lana para contratarla. Va a ser la directora técnica de Futurismo Transparente. Apenas termine su licencia de maternidad, se incorpora.

—Así que, Brenda, esta es la última vez que te lo advierto: deja de armar escándalos. Marisol no es como tú, no es de esas mujeres que se la pasan lavando ropa, cocinando, o peleando por hombres. Y mucho menos es ese tipo de persona que anda seduciendo a los demás; es una persona sencilla, sin dobleces, sin trucos. Con su talento, seguro va a brillar en el mundo de los chips fotónicos.

Cada palabra de Joel era como una navaja que le abría otra herida a Brenda. La dejaba hecha trizas por dentro.

En la cabeza de Joel, Brenda no era más que una ama de casa dedicada a lavar, cocinar y sentir celos. Pero cuando hablaba de Marisol, se le notaba la admiración y la ternura en los ojos, como si no existiera nadie más.

Joel parecía haber olvidado que, cuando la empresa apenas comenzaba, Brenda también había sido la directora técnica.

Y, a decir verdad, en lo que decía Joel había más de un problema.

Por ejemplo, ¿cómo era que sabía tanto sobre la vida de Marisol? ¿Y qué relación tenía Joel con el hijo de Marisol?

Pero, de pronto, a Brenda ya no le importó. Todo eso perdió sentido.

Quizá ya no valía la pena pelear por nada.

Sacó de su bolsa un fajo de papeles y una pluma, y se los puso enfrente.

—Joel, ya no quiero seguir escuchando tus excusas. Mejor firma de una vez.

Joel miró los papeles. Era un acuerdo de divorcio.

Su expresión cambió de inmediato. No daba crédito.

—¿Qué significa esto, Brenda?

—Tres años de matrimonio y casi no hay patrimonio familiar. No quiero nada de las acciones de la empresa, pero todo lo que era mío antes de casarme me lo llevo. Si te parece bien, firma y listo.

Joel hojeó el documento, aún con cara de incredulidad.

Capítulo 8 1

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