El CEO Darkok se encontraba en su despacho bebiéndose una costosa botella de whisky, no podía entender por qué las cosas no se sentían como él esperaba.
La relación con Giorgiana siempre fue tan pasional, se entendían muy bien en la cama en el pasado, más sin embargo ahora no había sentido deseos de estar con ella, incluso le pareció muy poco interesante y frívola en su conversación. Era como si no tuvieran nada en común.
Los dedos del apuesto hombre tocaban el borde del grueso vaso en círculos. El que nunca había sudado de sus decisiones, estaba ahí en esa fría soledad de su villa preguntándose si había hecho lo correcto, o si debía buscar a Angélica y pedirle que regreses a la mansión.
Más justo en ese momento su amigo Rafael Mendoza lo llamaba, si no hubiera sigo porque eran como hermanos no habría respondido.
— Dimitrir, que bueno que contestas, ¿Está todo bien con Angélica? Me enteré por casualidad que ella se había desmayado al salir del despacho De Luca y asociados. Me supongo que la llevaste al médico, ¿Cierto?
— ¿De que hablas? No sé nada de Angelic, estuvimos ahí para firmar el divorcio, ella salió del edificio primero que yo, no me enteré de nada de lo que dices. — La expresión del CEO ruso era dura. pero al escuchar sobre él desmayo de Angy, se tornó preocupada.
— ¿Lo hiciste? ¿Dimitrir te volviste loco? !Tu esposa es una de las mejores mujeres que conozco, ella te amaba, y tú por una pasión que ya pasó la dejas!
— ¡Recuerda que me ví obligado a casarme con ella, nunca fue mi decisión. Tenía el derecho de terminar con esto buscar mi camino!
— Si, si tienes el derecho, pero... en verdad espero que no te arrepientas de la decisión que tomaste, te veo este fin de semana para el bautizo de mis gemelos. Ah, y no te olvides de que Angelic es la madrina, Mi esposa la ha elegido y en eso no puedo hacer nada.
Apenas los poderosos CEOS cortaron la llamada, el CEO le marcó a su asistente.
— Dígame señor Darkok, ¿Qué indicaciones tiene para mí?
— Quiero que localices a mi... A mi esposa, checa en los hospitales si está ingresada en alguno, te doy diez minutos.
El asistente escuchó la comunicación cortada, pronto se dispuso a investigar, debía cumplir las órdenes de su exigente jefe. Por fortuna era un genio en las computadoras, y un hacker que se manejaba en bajo perfil.
Justo a los ocho minutos, el celular del CEO Darkok timbró.
— Jefe, la he encontrado, ella está en el Sant Louis.
El asistente no obtuvo respuesta. El CEO tomó su saco y salió en su Maserati negro a toda velocidad, no sabía por qué pero quería saber de ella, verla. Quizás hablar del divorcio.
Pronto llegó al hospital y se dirigió a recepción.
Soy el esposo de la señora Darkok, ella está aquí, y quiero verla.
— Debe haber un error señor Darkok, no tenemos a nadie registrado con ese apellido.
El CEO no mostró expresiones pero le pareció que Angelic se había quitado demasiado pronto su apellido.
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