La Esposa que Quemó su Pasado romance Capítulo 44

Tobías apretó los labios con fuerza, mirándola con una expresión cortante.

—Nere, si no fuera porque lo nuestro antes fue tan intenso, casi creería que a ti te gustan las mujeres.

—Piensa lo que quieras.

—¿Isidora es tan importante para ti? Entre una amiga y tu esposo, ni dudaste en elegirla a ella.

A Nerea casi le dieron ganas de reírse.

—Según tu lógica, con el profesor Méndez y con Isidora, un hombre y una mujer, parezco una depravada que le entra a todo.

—Quiero ser lo único en tus ojos, Nere. Quiero que siempre me pongas por encima de todo.

—Entonces no deberías usar a Isidora para amenazarme. Y mucho menos así...

Era volver a revivir la peor pesadilla de años atrás.

Desde aquello, Isidora cayó en una depresión profunda y duradera.

Intentó quitarse la vida infinidad de veces: tragó pastillas, trató de colgarse, hasta estuvo a punto de lanzarse del techo.

Se sentía asqueada de sí misma, como si estuviera "manchada".

En esa época, Nerea y el profesor Méndez siempre estuvieron a su lado.

Fue el profesor Méndez quien le dijo: “Los que hicieron mal son esos tipos podridos de la cabeza, no tú. No estás sucia. Solo eres una chica linda que sufrió y aún no sabe cómo sanar.”

Isidora lloró hasta deshacerse en el techo del edificio.

Se aferró a Nerea, sollozando:

—Nere, ya no quiero que estas pesadillas me sigan atormentando.

Nerea la abrazó con fuerza, acariciándole la espalda.

—Si no quieres recordar, olvida. Borra ese día por completo. Desde hoy, ese momento desaparece de tu vida. Solo fuiste a una fiesta, hiciste una presentación, y después regresaste conmigo al dormitorio. Dormimos tranquilas toda la noche.

A Isidora le tomó tres años salir adelante.

Pero hoy, todo ese dolor volvía a salir a flote.

Tobías habló:

—Le pedí a una de las chicas del hotel que ayudara a Isidora a cambiarse. Ningún hombre la tocó.

—¿Qué le diste?

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