La Esposa que Quemó su Pasado romance Capítulo 50

Nerea también sentía un poco de miedo después de todo.

—Oye, ¿y no piensas contarle esto a Tobías? Para que sepa la clase de cosas que hace su papá —aventó Isidora, con ese brillo de chisme en los ojos.

—Se va a enterar —dijo Nerea, esbozando una media sonrisa.

Isidora parpadeó, intrigada.

—¿Cómo que se va a enterar?

Nerea soltó una risa leve.

—¿Adivina por qué preferí que tú llamaras a denunciar, en vez de hacerlo yo?

Tal como Nerea había previsto, la intuición de los periodistas de espectáculos siempre corría más rápido que cualquier medio oficial.

Esa misma tarde, la noticia de que Isidora, la ciudadana entusiasta, había denunciado un punto de reunión de adictos ya se había regado por todo internet.

Las fans de Isidora no paraban de aplaudirla, llamándola “valiente”, “íntegra”, “astuta”.

De un día para otro, su fama subió como la espuma, y lo mejor era que todos los comentarios eran positivos.

Y gracias a esa popularidad, la noticia ardió por toda la red, hasta que por la noche, las autoridades publicaron un comunicado con letras blancas sobre fondo azul.

[Tras la investigación, se confirmó que Santiago y otros siete individuos actuaron bajo las órdenes de una persona, con la intención de hacerle daño a una joven específica y grabar un video, cambiando el material por dinero para comprar droga. La policía ya detuvo a los involucrados y el caso sigue bajo investigación.]

En Twitter, los curiosos no paraban de lanzar preguntas:

[¿Quién es el que movió los hilos?]

[¿Quién les pagó?]

[¿La chica está bien?]

La cuenta oficial ignoró las dos primeras, pero sí respondió la última:

[La persona objetivo nunca apareció, así que no hubo daño. Pueden estar tranquilos.]

Isidora bufó con enojo.

—¡Por favor! Si estaba en la habitación de al lado, era obvio que iban por ti. ¡Hasta Tobías, por más ingenuo que sea, sabe de sobra quién fue!

Nerea soltó una risa amarga.

—¿Y de qué sirve? Al final es su papá. ¿Tú crees que va a meter a su propio padre a la cárcel solo por mí?

Isidora se quedó pensativa, rascándose la barbilla.

—Pues no, la neta es que no —admitió.

Y ahí estaba el asunto.

En la eterna competencia entre padres y pareja, no importa lo que digan los hombres, cuando llega la hora de la verdad, siempre acaban eligiendo a sus papás.

Pero Nerea no le guardaba rencor.

Incluso en los mejores momentos con Tobías, si algún día él y sus papás cayeran juntos a un río, ella tendría clarísimo a quién salvaría primero.

Solo que Nerea ya no tenía esa opción.