La esposa sustituta del millonario romance Capítulo 4

George.

__ Solo quiero saber de dónde sacaste esa idea. - reprendió Aiden con un tono neutro. - ¿Sabes lo complejo de la situación? Entiendo que estés enojado por lo de Marlene, pero de eso a buscar un matrimonio por conveniencia, hay mucha diferencia.

__ Te casaste por una razón similar. - le recordé. - No tienes derecho a reprocharme nada.

__ No te estoy reprochando nada. Quiero que veas cómo esa decisión puede llevarte a tener problemas después. - se recostó en su silla.- ¿Crees que no pensé en cada posible escenario antes de casarme? Lo hice y en todos odié el resultado. Gracias al cielo, nada de lo pensado ocurrió, pero no siempre puede resultar del mismo modo.

__ Opino que es una buena opción. - se metió Tej. - Un contrato antes del matrimonio donde se especifique a qué tiene derecho la chica. Sus beneficios, los tuyos también y algunas cláusulas para que en el futuro no haya rencillas. - comentó.

__ Al menos uno me apoya. - murmuré. Aiden lo acribilló con la mirada.

__ Deja de decir tantas tonterías, Tej. Que estamos hablando de la parte legal, que ya de por sí, tiene grandes incongruencias. - manifestó. - Con está falacia lo único que vas a lograr será tener a una desconocida en tu casa. No conoces ni su nombre. Cuando menos lo esperes filtrará esto a los medios o te va a chantajear con...

__ Le decisión ya está tomada. No pienso dar marcha atrás. - me levanté a tiempo que mi celular timbró. Era Marlene, así que solo rechacé la llamada de una sola vez. - Si me quieren acompañar ese día saben fecha y hora. No quiero más reclamos, reproches, porque no voy a desistir de esto.

Eran buenos amigos. Nos habíamos acompañado durante años y supe que esa vez también lo harían. Estuvieran o no de acuerdo con mi decisión, no me dejarían solo.

Llegué a casa, preparé el documento con el asesoramiento de Tej, el cual terminó de hacer los ajustes que me envió minutos después ya con correcciones y las clausulas que iban a estar presentes.

No dormí. No podía con solo un día para que la hora llegase, por ello en la mañana decidí que mi desayuno fuera acompañado por Marina. Así se firmaría el contrato de una vez para que las próximas horas las ocupe en hacer lo que quiera para la boda. No me interesaba saber detalles.

No tardé mucho en llegar al lugar, era la cafetería donde trabajaba por las mañanas así que ya estaba en una mesa, con un leve temblor en sus piernas y la vista perdida en el doblez de la hoja de papel al cual le pasaba la uña, una y otra vez al punto de casi cortarlo.

La saludé y me senté frente a ella. Enderezó su espalda y aclaró su voz.

__ Antes que me hagas escuchar lo que viene en ese contrato, vas a oír mis condiciones y pedidos. ¿Se puede negociar? Sí, pero no rechazarlas del todo. - no dije nada y solo hice la carpeta a un lado, esperando que continúe. - Son cinco.

__ Dime. - apoyé mi barbilla en mi mano. De verdad era controlada por los nervios, se le notó desde que llegué.

Calmó su respiración y me miró con las mejillas rojas. Tan malas no creí que fueran sus condiciones, pero sus gestos gritaron lo contrario.

__ Que sean veinticinco millones en total cuando el tiempo estipulado y el contrato culmine. - enarqué ambas cejas en señal de lo inesperado de ese número tan elevado.

Aunque no representaba un problema, ya que era apenas el dos por ciento de lo que recibiría al pasar dos meses de la boda. Solo que me causó curiosidad por saber que la hizo llegar a la conclusión de lo que quería

__ Quiero pagar la deuda de mi padre, ayudar a mi amiga y poner mi propio negocio para no quedar a la deriva luego del divorcio. - mencionó.

__ Está bien. - acepté sin más. Sus ojos se abrieron con asombro como si no lo creyera, luego se repuso.

__ No me vas a tocar. No acercarte a menos que lo autorice primero o sea realmente necesario hacerlo.

__ Como en la boda y los eventos. - aclaré y asintió.

__ Exacto. Solo en esos casos tienes permiso de hacerlo, si se atora mi cierre o alguna situación que conlleve contacto, tengo que estar de acuerdo que te acerques, después de eso no. - manifestó.

__ No hay problema. - aún mejor para mí, dije en mis adentros.

Capítulo 4 1

Capítulo 4 2

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