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La Heredera del Poder romance Capítulo 3125

—¡Vete al diablo! —gritó Sue mientras agarraba un cojín y se lo lanzaba a Adam.

Adam lo esquivó ágilmente.

—Me voy a la oficina —dijo él después.

—Anda, vete —respondió Sue con hastío.

Adam la miró serio y añadió:

—Ten cuidado con Cecilia.

—Sí, sí, ya lo sé —contestó Sue, asintiendo con la cabeza—. ¡No te preocupes tanto!

Adam se acercó a Sue y le dio un beso al bebé que tenía en brazos.

—Chiquito, no le des lata a tu mamá, ¿sí? Pórtate bien, campeón.

Luego, mirando a Sue, le recordó:

—No lo cargues tanto rato. Mejor que Jane y la nana lo cuiden. Ellas pueden con los dos niños.

Jane y la nana eran quienes ayudaban en la casa, siempre estaban al pendiente de los pequeños.

—Está bien —aceptó Sue.

—Entonces me voy ya.

Sue le sonrió y bromeó:

—Si no sales ya, te va a caer la noche en la puerta.

—¡Ya, ya, ahí voy! —respondió Adam, sonriendo mientras salía.

Mientras tanto, en otro lado de la ciudad, Sofía paseaba con Selena y Cecilia, madre e hija, llevándolas a conocer los lugares más bonitos de los alrededores.

Selena estaba fascinada y compró muchísimos recuerdos. Claro, quien pagaba era Sofía, como si nada.

Aunque eran puras cositas y chucherías, al final la cuenta sumó varios miles de pesos. Si hubiera sido otro día, Selena nunca se hubiera animado a gastar así.

Selena miró de reojo a Sofía y, con una sonrisa, divisó una joyería justo enfrente.

—¡Mira, Cecilia! Ahí hay una tienda de joyas. No que siempre has querido un collar bonito, ¿vamos a ver?

—¡Sí, vamos! —aceptó Cecilia, animada.

Las tres entraron a la joyería. Apenas las vio, la vendedora supo que no eran clientas comunes y las recibió con una sonrisa:

—¿Buscan algo especial hoy?

—Sí —respondió Selena—. Algo lindo para una joven. ¿Qué nos recomiendas?

—Por aquí, por favor —las guió la chica.

Apenas llegaron al mostrador, Selena vio una pulsera de oro que le llamó la atención.

—¿Me puede mostrar esa de allá? —pidió.

—Claro —respondió la vendedora, sacando la pieza y entregándosela a Selena.

Selena la tomó, revisó la etiqueta: 68 gramos, la más pesada de la tienda. Con el precio del oro, esa pulsera costaba más de treinta mil pesos.

—¿Qué te parece, Cecilia? —preguntó Selena.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

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