La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1061

En realidad, Yvette nunca tuvo la intención de casarse con Sean.

A Sean no le importaba el matrimonio. Si no, no habría acabado con su matrimonio por Yvette, pero sabía que a Yvette le importaba.

Por lo tanto, se divorció.

Cuando escuchó a Yvette decir que no quería casarse porque tenía miedo a pasar vergüenza, ¿qué más podía hacer?

Yvette inclinó la cabeza y se rio, luego lo miró cálidamente con un toque de afecto persistente en sus ojos.

Ella estiró sus brazos delgados y los envolvió alrededor del cuello del hombre. La mirada diabólica de ella le enganchaba el alma.

Ella apoyó su rostro tierno y deslumbrante en el pecho de él.

Sus palabras suaves y su risa eran irresistibles para su oído.

“Sé que has hecho todo lo posible, y siempre recordaré todo lo que has hecho por mí. Aunque nos casemos, podríamos divorciarnos. Así que podríamos quedarnos así para siempre…”.

Sean sintió un dolor agudo en el pecho.

Era evidente que cada movimiento de la mujer lo enamoraba tanto que no podía desprenderse de ella.

Sin embargo, cada palabra que ella decía era asfixiante.

Todos querían un título, pero ella no.

Sean sabía que su engaño la había lastimado mucho en ese entonces.

Él extendió la mano y apartó a la mujer de su cuerpo. Él examinó cada centímetro de su rostro con una mirada asesina.

“Yvette, sabes que algún día tendré que casarme”.

Él algún día quizás envidiaría a las familias con niños de otras personas.

Sin embargo, él no dijo las palabras que siguieron porque cuando vio su mirada cada vez más fría, de repente no se atrevió a decir una palabra.

El pánico que sentía en su pecho era abrumador.

Yvette le soltó el brazo con decisión y rodeó su cuerpo con las manos con frialdad.

Sean no podía decir si la persona que tenía delante era realmente Yvette.

Su mirada era sombría y complicada, y sus ojos de repente se volvieron fríos.

“¿No quieres casarte conmigo por tu alianza matrimonial con la familia Sheldon? Si fuera Lance Sheldon, te habrías casado con él, ¿verdad?”.

Sean sabía la respuesta, pero aún así tenía que confirmarlo.

Solo se estaba torturando a sí mismo.

Yvette se rio con un toque de frialdad.

“Ya sabes la respuesta, y aún así lo preguntas. No es por la familia Sheldon. Si fuera cualquier otra persona, no rechazaría el matrimonio. ¡Me casaría con cualquiera menos contigo!”.

Sus palabras fueron como un cuchillo que apuñalaba poco a poco su corazón.

“Tú me sedujiste primero. Cuando estemos juntos, nos llamarán la "pareja infiel". Los infieles nunca deberían terminar bien, así que llevémonos como mejor nos parezca. No echemos a perder algo tan sagrado como el matrimonio”.

Después de eso, Yvette sonrió, se dio la vuelta y pasó junto a él para salir.