La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1062

Ahora mismo, Yvette no quería decir una palabra más.

Ya que Sean quería casarse, podía buscar a otra persona.

Yvette nunca se casaría con él.

Ella lo amaba, pero también lo odiaba.

Ellos no acabarían bien.

Ser capaz de renunciar a todo para volver a estar con él ya era su límite.

Pasó un minuto entero.

Yvette se sentó perezosamente en el sofá para ver la televisión, pero no procesaba nada de lo que veía.

Su corazón estaba agitado, pero ella permaneció tranquila.

Al segundo siguiente, el cuerpo de Sean exudaba un escalofrío hostil cuando pasó frente a Yvette y se fue.

El sonido de la puerta al cerrarse fue muy fuerte.

A Yvette no le importó, pero su corazón era como una roca que caía al fondo del mar sin ondas.

Unos minutos más tarde, Sean contuvo sus emociones complejas, y volvió a abrir la puerta para entrar.

Sin hablar con ella, Sean se dirigió directamente a la habitación para dormir.

Yvette parpadeó y resopló con frialdad.

Luego, ella bajó la mirada y frunció los labios.

Ella sabía muy bien que no podían volver al pasado.

La futura pareja de matrimonio de Sean tampoco sería ella.

Yvette exhaló lentamente y frunció los labios. 'Olvídalo, ya que regresó, solo me comprometeré y lo persuadiré primero'.

Luego apagó la televisión y entró a la habitación.

Yvette se acercó lentamente y miró al hombre que estaba acostado de lado en la cama, fingiendo dormir. Ella comenzó a desvestirse.

Ella lo compensaría a su manera.

La noche era oscura.

Los diversos comentarios en Internet eran abrumadores.

El asunto de Kai y Julie se mencionaba repetidamente.

[Como antigua admiradora de Kai, solo quiero decir: "¡Mientras seas feliz, Kai!".]

[Espero que Julie se recupere rápidamente de su trauma. Ese psicópata de Roman pronto será sentenciado. ¡Esa escoria debería irse al infierno!]

[Sabrás que Julie no es esa clase de persona cuando veas la actitud de Nicole. Si no, ¿por qué Nicole dejaría todo para proteger a Julie?]

......

Julie estuvo ocupada en la oficina durante todo el día.

Ella estuvo de acuerdo que Kai respondiera públicamente, pero no tenía el valor de leer los comentarios en Internet.

El cielo se estaba oscureciendo.

Julie salió de la oficina y se dirigió hacia el vestíbulo.

Ella vio un coche deportivo llamativo estacionado en la entrada con un hombre alto y guapo parado frente al coche. Estaba ahí parado con rasgos impresionantes. El sol del atardecer envolvía su cuerpo.

Cada fotograma era como una imagen refinada.

Cuando Kai vio a Julie, sonrió ampliamente y la saludó con la mano.

“¡Vine a recogerte del trabajo!”, gritó como si tuviera miedo de que los demás no pudieran escucharlo.