La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1082

Resumo de Capítulo 1082 Pensar en rendirte: La Heredera Divorciada Billonaria

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Un doctor empujó a Eric en una silla de ruedas. Los moretones en su rostro estaban cubiertos con una gruesa capa de medicina. Su frente estaba envuelta con gasa e incluso sus brazos estaban vendados.

Él se veía bien cuando entró, así qué… ¿por qué salió sentado en una silla de ruedas?

Keith se sorprendió al instante. ‘¿Acaso no está siendo demasiado dramático? ¡Le dije que se hiciera una revisión ordinaria, no que buscara una enfermedad terminal!’.

Antes de que Keith pudiera decir algo, las enfermeras alrededor discutieron en voz baja.

“¿No estaba la Señorita Stanton aquí hace poco? ¿Ese hombre junto a la Señorita Stanton era su novio?”.

“Sí, se veían tan cariñosos. Su novio solo se lastimó un poco, pero ella estaba tan angustiada que casi lloraba...”.

"¡Ellos se ven muy bien juntos! Su novio es muy guapo también. ¡Tengo tanta envidia!”.

......

La expresión de Keith cambió, pero ya era demasiado tarde para detenerlas.

El resto del rostro de Eric que no estaba cubierto con ungüento se volvió ceniciento y feo.

Eric se levantó bruscamente y se arrancó el vendaje de la mano y la gasa de la frente.

Luego, él salió a grandes zancadas.

Eric ya ni siquiera podía molestarse en actuar miserable.

¡Qué absurdo!

El doctor detrás de él se quedó sin palabras.

Eric había insistido en que lo trataran como si sus heridas fueran críticas.

¿Músculos levemente desgastados? ¡Envuélvelos con vendas!

¿Moretones en la cabeza? ¡Cúbrelos con una gasa!

......

Keith se apresuró a salir de la silla de masajes y se levantó para perseguir a Eric.

“Ferg...”.

Antes de que Keith se fuera, se volteó a mirar al doctor.

El doctor habló de inmediato.

"Las heridas del Señor Ferguson son superficiales. Este es el ungüento. Úselo tres veces al día, los efectos deben ser visibles después de tres días”.

Keith asintió agradecido y persiguió a Eric con el ungüento en la mano.

“Ferg...”.

Keith no se atrevió a dejar que Eric condujera porque todavía quería vivir.

No obstante, después de pensarlo, ¿quién le dio el derecho?

Keith fue quien desafió los límites de su matrimonio una y otra vez, acorralando a Livia en un callejón sin salida.

La gentil y amable Livia creció bajo el cuidado de su familia, pero él vio cómo su familia llegaba a la desesperación.

Esa fue la gota que derramó el vaso.

Keith ya no podía recuperarla.

Él se olvidó de que se suponía que su matrimonio se basaba en los intereses mutuos. Como ya no podían proporcionarse eso y se perdió el equilibrio, había pocas posibilidades de que pudieran continuar involucrados entre sí.

Keith tampoco había dejado algo que Livia pudiera recordar de su matrimonio con cariño o aprecio.

Querer recuperarla era, naturalmente, una tarea muy difícil.

Eric cerró los ojos, pero Keith no sabía si realmente estaba durmiendo o solo estaba fingiendo.

Eric parecía bastante cansado.

El coche volvió a quedarse en silencio después de que Keith respondió.

Las venas en las esquinas de la frente de Eric se hinchaban mientras trataba desesperadamente de reprimir sus emociones para que no se mostraran.

Parecía que Eric ya no podía recuperar a la persona que había perdido.

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