La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 111

Floyd Stanton levantó las cejas y miró a Eric Ferguson, luego sacudió la cabeza y dijo: “¿Cómo podría imaginar convertirme en su familia política? Desde luego, mi hija no se merece un hombre tan excepcional como el Señor Ferguson”.

El Viejo Amo Ferguson hizo una pausa, luego soltó una risa y cambió de tema. “Hablando de eso, la Corporación Stanton se vio muy afectada por los escandalosos antecedentes de esa mujer, ¿verdad? La bolsa de valores incluso comenzó a agitarse…”.

Wendy Quade tiró de la mano de Ingrid Ferguson y preguntó en un susurro: “¿De verdad la viste? ¿Por qué estaría Nicole aquí?”.

“¿Cómo podría estar equivocada? Mi madre también estaba presente en ese momento…”.

Los ojos de Wendy se entrecerraron. Siguió a Ingrid hasta el segundo piso y miró a la multitud. Había todo tipo de vestidos, y era simplemente imposible reconocer a alguien.

“¿Cómo podremos encontrarla así...?”.

Ingrid se rascó la cabeza. “No sé a dónde corrió para esconderse, pero ya que está aquí, dudo que se vaya tan fácilmente. ¡Creo que solo está aquí para forzar su mano en matrimonio!”.

Ya que Nicole no tenía otra opción, no le quedaba más remedio que obligar a Grant Stanton a casarse con ella.

¡Un espectáculo estaba a punto de comenzar!

Wendy reprimió la emoción en su corazón. 'Parece que Nicole está contra la pared…’.

Sus ojos parpadeaban mientras tomaba la mano de Ingrid. “¡Ya la ví! ¡Ahí está!”.

Wendy extendió la mano y señaló en dirección a la puerta. Al verla de cerca, realmente parecía Nicole.

Nicole vestía un vestido normal y parecía estar hablando con alguien en la puerta. El hombre le entregó un ramo de flores, lo cual ella aceptó.

“¿No estabas en el extranjero? ¿Por qué regresaste tan pronto?”, preguntó Nicole.

Ian Carter se veía muy elegante con su traje a la medida. Era muy alto y guapo, y bajo la tenue luz ambiental, su sonrisa era diabólicamente seductora.

“¿Cómo podría faltar a tu gran día? Volaré de vuelta en cuanto termine la gala”.

Nicole se estremeció tanto por la sonrisa encantadora de Ian, que sus manos se detuvieron por un momento. “Ya que estás aquí, ¿no deberías saludar primero a tu padre? Lo he visto antes por aquí…”.

Ian sacudió la cabeza y se encogió de hombros sin poder evitarlo. “O me mata a golpes o se muere de un ataque al corazón por la decepción. Es un riesgo demasiado grande, ¿para qué molestarse? Ese proyecto en el extranjero está casi terminado, y el aniversario de la muerte de mi hermano se acerca. Para entonces, ya no tendrá motivos para obligarme a quedarme allá”.

Nicole se rio. “Genial, entonces esperaremos a que vuelvas y organizaremos una gran fiesta de bienvenida para ti”.