La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1117

Keith dijo: “Nicole, soy Keith. ¿Puedes venir? Ferg bebió demasiado. Insiste en conducir hasta dónde estás. Su chófer ya se fue, y no puede conducir después de haber bebido, así que ¿podrías venir a persuadirlo…?”.

La voz de Keith sonaba muy ansiosa.

La somnolencia de Nicole desapareció de repente.

Se quedó allí con una cara hosca y puso los ojos en blanco.

Logan escuchó claramente la conversación y miró la expresión de Nicole.

Ella hizo una pausa y respiró hondo.

“Dime la dirección. Espera allí”.

La voz de Keith se alzó, emocionada. “Claro, estoy en…”.

Nicole dijo un “Mm” muy tranquilo y colgó la llamada.

Logan sentía que no podía irse. Inmediatamente tomó las llaves y se puso de pie. “Yo conduciré y llevaré al Señor Ferguson de vuelta, Señorita Stanton…”.

Nicole hizo una pausa, aún agarrando su teléfono.

“No es necesario”.

Entonces, marcó otro número.

“¿Hola, 911? Me gustaría denunciar a alguien por intento de conducir ebrio…”.

Logan se quedó sin palabras y se lamentó un millón de veces por Eric en su corazón.

…

Keith guardó su teléfono y le dio unas palmadas a Eric, quien estaba un poco borracho.

“Como tu amigo, solo puedo ayudarte hasta aquí, pero el resto recae sobre tus hombros. Siéntate aquí y espera, y enciende el motor en cuanto ella llegue. Definitivamente estará ansiosa…”.

Eric frunció el ceño y se quedó sentado allí. Su corazón estaba muy emocionado cuando se enteró de que Nicole iba a venir.

Sin embargo, seguía sintiendo como si hubiera algo que no estuviera del todo bien.

La mente de Eric estaba confusa por el alcohol, y fue arrastrado por Keith antes de que tuviera tiempo de pensar mucho en ello.

Keith obligó a Eric a sentarse en el asiento del conductor.

Se quedó allí y miró a Eric con satisfacción.

“¡No hace falta que me agradezcas! Las mujeres son todas bondadosas. Después de todo, eres mucho mejor que Clayton, así que cualquiera te elegiría a ti antes que a él. ¡Yo te apoyo!”.

Una botella de vino vacía seguía tirada a un lado. El rostro de Eric era extremadamente sombrío y su tono era frío.

“¿Quién denunció?”.

Su voz era como el hielo.

Eric tenía claramente un nombre en su corazón, pero tenía que escucharlo con sus propios oídos para aceptarlo.

La persona que vino no era Nicole, sino la policía.

Estaba claro quién lo había denunciado.

El oficial hizo una pausa. “Fue una denuncia anónima”.

Eric se rio. “Jaja…”.

No salió del coche. En cambio, hizo una llamada telefónica mientras seguía sentado en el coche y apagó el motor.

Los policías compartieron miradas. No podían quedarse de brazos cruzados. Incluso sin hacer la prueba, el fuerte olor a alcohol en el interior era suficiente para que se pusieran en alerta.

Sin embargo, vieron la matrícula del coche.

Acordaron tácitamente no sacarlo a la fuerza y llevárselo.