La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1137

Livia estaba parada allí con un buen abrigo y botas. Se veía un poco demacrada, pero también parecía haber engordado.

"Ha pasado mucho tiempo”.

Nicole sonrió y se acercó como si no pasara nada.

Las comisuras de los labios de Livia también se curvaron ligeramente, pero su sonrisa era pálida y débil.

"Señorita Stanton, espero no haberte molestado”.

Nicole asintió. "Claro que no. Puedes contactarme cuando quieras. Pero, ¿estás segura de que estás aquí por mí y no por Nathaniel?”.

Livia sacudió la cabeza. Y una luz tenue brilló en sus ojos.

El corazón de Nicole dio un vuelco. Ella sentía inconscientemente que algo pudo haber pasado entre ellos.

Livia sacó un documento del bolso que llevaba siempre y se lo entregó.

“Me daba mucha vergüenza ir a la Corporación Stanton a buscarte. Me enteré por los demás que estarías aquí hoy, así que vine aquí para darte esto”.

Nicole lo tomó, lo abrió y se congeló.

Era un acuerdo de disolución de la compañía.

Ella frunció el ceño y su expresión cambió ligeramente.

"¿Qué significa esto? ¿Acaso esta compañía no es tu arduo esfuerzo?”.

Livia sonrió miserablemente.

“Sí, lo es, pero no hay necesidad de ello en el futuro…”.

Ella respiró profundamente. Sus ojos brillaban como una luz de cristal. Bajó rápidamente la cabeza por miedo a que se le salieran las lágrimas.

Ella se encogió en su abrigo como un avestruz.

“En aquel entonces, sacaste el dinero y me diste el valor para empezar de nuevo. Me ayudaste a encontrar recursos, oportunidades, clientes... Casi todo lo que tengo es gracias a ti. Para ser honesta, después de llegar a este punto, siento que eres la persona a la que más defraudé”.

Livia hizo una pausa y ahogó un sollozo.

Ella bajó la mirada inconscientemente. No había ninguna curva en el vientre de Livia, pero parecía que podía sentir un niño pequeño dentro.

Nicole no sabía qué sentir por un momento.

“Te decepcioné, Señorita Stanton. No todos los nuevos comienzos tienen buenos finales. Quizás mi vida esté destinada a ser así. Pronto me volveré a casar con Keith…”.

Livia hizo una pausa. Sus ojos se enrojecieron inconscientemente, pero de repente sonrió.

“En el programa, les dije a esas mujeres heridas que no se dejaran volver a engañar. Dije que tenían que seguir adelante. Me siento tan ridícula al pensar en eso ahora. Mi propia situación sentimental es un caos. Ya no estoy cualificada para hacer nada por los demás. Siento haberte decepcionado. La compañía anunció su disolución incluso antes de recibir el libro. Ya empaqué todo. Además de la indemnización para los empleados, todo lo demás que quedó que podría cambiarse por dinero se ha depositado a tu cuenta bancaria”.

Nicole frunció el ceño ante Livia, sin saber qué decir por un momento.

“Es de tu propio esfuerzo. Yo no pagué por nada, así que deberías quedártelo”.

Nicole sabía que Livia podría tener algunas dificultades, pero no podía preguntar.

Livia tampoco podía decirlo.

El aire se tensó por un momento.