La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 121

Nicole pensó: ‘Si no fuera la hija de Floyd Stanton, habría muerto numerosas veces’.

La cara de Keith se puso roja. ‘¡Soy un cobarde! Pero… no tengo elección… soy culpable de los cargos…’.

“¿Entonces qué es lo que quieres?”, preguntó Keith.

‘¡Está claro que estaba mal de la cabeza al ofender a Nicole!’, pensó él.

Nicole miró por la ventana y se sintió impaciente.

Ella caminó lentamente hacia él y le dijo con voz fría y juguetona: “¿No te importan tus fotos desnudas? Voy a contar hasta tres. Si no desapareces de mi vista en tres segundos, ¡te convertiré en una sensación viral al cuarto segundo!”.

Keith se puso rígido mientras Nicole se burlaba.

Tan pronto como ella terminó su frase, Keith se dio la vuelta y corrió mientras suplicaba piedad. “¡No… no seas tan impulsiva!”.

Efectivamente, desapareció en tres segundos.

Nicole hizo una mueca y puso los ojos en blanco, luego se alejó caminando con sus tacones altos.

Al salir del bar, ella vio a alguien de pie junto a su coche.

Levantó la vista y vio que no era nadie más que Eric Ferguson.

Él la estaba esperando.

“Señor Ferguson, ¿no tienes nada mejor que hacer?”.

Nicole levantó las cejas. Sus labios rojos contra la oscuridad que la rodeaba parecían brillantes y cálidos, pero llevaban un poco de frialdad.

‘¡¿Acaso no ve que no quiero tratar con él?!’. Nicole se sentía impaciente.

Eric tenía las cejas caídas y los ojos oscuros. Su voz era melosa y encantadora.

“Nicole, quiero explicarte lo de Wendy Quade. Ella y yo… No tenemos el tipo de relación que tú piensas que tenemos”.

Él pensó que podría disminuir el resentimiento en sus corazones una vez que le explicara claramente.

Una vez que Nicole escuchó ese nombre, frunció el ceño con impaciencia.

“No hace falta”.

Nicole avanzó y lo apartó con un empujón de su coche.

Subió al coche y ni siquiera se puso el cinturón de seguridad antes de pisar el acelerador.

Un momento después, Nicole se dio cuenta de que algo estaba mal.

Solo aceleró a lo mínimo, pero la velocidad había aumentado a 120 km/h de una vez. ¡Era extremadamente inusual y simplemente incontrolable!

Su coche se precipitó en medio de la carretera en un instante.

Era más de medianoche, por lo que solo había unos pocos coches en la calle, pero igualmente era extremadamente peligroso.

Nicole entró en pánico y pisó los frenos, pero no hubo respuesta.

¡De repente se dio cuenta de que el coche estaba completamente fuera de control!

Nicole agarró inconscientemente el volante, pero estaba bloqueado. El coche estaba simplemente fuera de control.

La oscuridad delante de ella parecía estar haciéndole señas y esperando a tragársela entera.

En ese momento, las luces de la calle parecían frías y cegadoras. Nicole no pudo hacer más que estremecerse.

¡Nunca se había sentido tan cerca de la muerte!

Todo lo que tenía era pánico, miedo y sudor frío.

Nicole levantó la vista y vio que un gran camión aparecía de repente a trescientos metros delante de ella. En ese momento, su mente se quedó en blanco.

¡Choque!

Aparte del dolor de su herida en la cabeza, estaba completamente consciente.

“Nicole, tienes que ir al hospital”. Eric sonaba un poco ansioso.

Nicole lo ignoró y sacó su teléfono para llamar a Logan.

“Ven a mi ubicación de inmediato. Alguien ha saboteado mi coche y he tenido un accidente automovilístico. Debes averiguar quién lo hizo antes de mañana por la mañana”.

Después de darle las instrucciones a Logan, colgó el teléfono.

La mirada de Eric estaba teñida de ira.

Nicole sacó un cheque de su bolso y se lo entregó a Eric.

“Señor Ferguson, tu Range Rover cuesta como mucho 4 millones de dólares. Aquí tiene 10 millones. Los 6 millones adicionales corresponden a su cuota de agradecimiento”.

Nicole se puso de pie bajo la luz. La sangre de su frente se había solidificado y su larga cabellera estaba ligeramente despeinada, pero, de alguna manera, seguía estando tan hermosa como siempre.

Era como si hubiera nacido para ser una belleza.

Las comisuras de sus labios se curvaron ligeramente en una sonrisa educada y distante.

La mirada de Eric se volvió fría y su rostro se desplomó. No alargó la mano para coger el cheque.

Nicole le introdujo con fuerza el cheque en el bolsillo de su chaqueta y no le dio la oportunidad de negarse.

“Señor Ferguson, no fuiste tacaño con tu dinero cuando doné sangre. Esta vez, me toca devolverte el favor”.

Después de eso, dejó el coche y giró sobre sus talones para marcharse.

‘¡Esto se siente muy bien! ¡No puedo creer que incluso Eric Ferguson llegue a tener este día! ¡Resulta que sí que puedo guardar rencores!’.

La luz de la calle alargó su figura. Sus pasos eran firmes y no se tambaleaba lo más mínimo.

Naturalmente, Nicole no se dio cuenta del destello de remordimiento en los ojos de Eric después de lanzar esa oración.