La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1296

Nicole terminó de hablar y curvó los labios. Ella dio un paso atrás e hizo un gesto con la mano.

“Sube al avión...”.

Los labios de Quavon se crisparon. Las venas en las esquinas de su frente saltaron.

Quería matar a esta mujer, pero simplemente no tenía el poder.

En comparación, a Nicole le resultaba fácil deshacerse de él, quien había venido en secreto a Mediania.

"Señorita Stanton, te he subestimado. Pero no olvides que un Sloan sigue a tu lado”.

Quavon apretó los dientes y le recordó.

Quería irritar a Nicole y no quería que Clayton estuviera con ella.

Si Clayton y Nicole estuvieran juntos, serían imparables.

A Quavon no le haría ningún bien y solo le causaría daño.

Al escuchar eso, Nicole alzó las cejas y sonrió.

"Presidente Sloan, ¿sabes por qué no mandé a matarte mientras estabas aquí?".

La voz de Nicole era muy agradable y gentil, pero las palabras que dijo eran extraordinariamente duras e intimidantes.

El rostro de Quavon cambió.

“Porque no quiero que Clayton tenga la más mínima aversión por Mediania. Deberías estar agradecido de que él sea tu hijo. De lo contrario…”.

Nicole no siguió hablando.

Sin embargo, todos entendieron lo que seguía. Incluso Autumn lo entendió.

Autumn estaba parada allí. Su cuerpo temblaba.

La Nicole a la que estaba mirando parecía haberse convertido en una persona diferente. Todos los celos y dudas que tenía Autumn desaparecieron.

El nivel de Nicole no era algo que Autumn pudiera lograr a través de la educación. No era algo que pudiera obtener trabajando duro.

Autumn ni siquiera sería capaz de imitar a Nicole aunque lo intentara.

Quavon miró a Nicole con una mirada perpleja.

“¿Cuánto tiempo crees que él seguirá enamorado de ti? Tiene la enorme riqueza de la Corporación Sloan al alcance de su mano. Todas las pertenencias de Isaac ahora le pertenecerán. Cuando llegue el momento, ¿te seguirá eligiendo a ti?”.

Miró a Clayton y luego a Nicole antes de reírse.

"¡Genial! Está bien, he criado a un ingrato. ¡Tú ganas!".

Quavon rechinó los dientes con maldad.

Su informante en Libertad le había dicho que la agitación del mercado de valores no era un riesgo que se produjera de forma natural.

Con toda probabilidad, había sido producida por el hombre.

No había muchas personas en Wall Street que tuvieran la capacidad de manipular el mercado de valores y tender una trampa tan grande.

Clayton era uno de ellos.

Era un gran fiasco en el mercado de valores.

A primera vista, la familia Sloan parecía ganar mucho dinero, pero sus bienes estaban congelados.

Se podría decir que se enfrentaban a un gran riesgo. Los cambios de cada día eran como huracanes que borraban el cielo.

Quavon nunca se imaginó en sus sueños que perdería ante su hijo bastardo.