La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1439

La mujer gordita resopló como si estuviera cediendo.

“Bien, ya que estamos todos aquí, hablemos de ello. Los niños se pelearon, así que yo me encargaré de los gastos médico”.

La maestra se acercó. “Dile a Max que se disculpe y paga los gastos médicos”.

La mujer de mediana edad levantó las cejas. “¿Qué? ¿Disculparse? ¿Qué saben los niños? ¿De qué hay que disculparse?”.

“Fue culpa de Max. Al principio, él quería copiar las respuestas de Michael y le guardó rencor cuando éste se negó a dárselas. Hoy, empujó a propósito a Michael en el campo. ¡Esto fue increíblemente cruel!”.

La maestra dijo todo a lujo y detalle sin ocultar nada.

La mujer de mediana edad hizo una mueca.

“¿Por qué mi hijo copiaría las tareas de este niño? Él todavía es muy chico. ¿Cómo puede estar estudiando en el mismo grado que ellos? Debe haber entrado por sobornos, ¿no crees?”.

La mujer de mediana edad se levantó y se acercó con los brazos cruzados.

“Una disculpa es imposible. No creo en absoluto que mi hijo copie las tareas de los demás. Pero ya que el niño es tan lamentable, ¿qué tal esto? ¡Pagaré el doble de los gastos médicos!”.

En cuanto las palabras salieron de su boca, el ambiente se tensó.

La maestra estaba tan ansiosa que estaba a punto de hablar, pero su hermana aún no tenía ni idea de la gravedad del asunto.

¿El doble de los gastos médicos?

¿Acaso creía que seguían estudiando en una escuela ordinaria?

Las personas que asistían a esta escuela internacional eran todas ricas y poderosas.

Nicole entrecerró los ojos y estaba a punto de decir algo cuando el doctor que estaba detrás la llamó. “Michael, tu medicina está lista…”.

Nicole hizo una pausa y acarició la cabeza del Pequeño Michael.

“Ve a buscar tu medicina y vuelve luego”.

El Pequeño Michael se frotó la cabeza. “Está bien…”.

No entendía por qué la Señorita Bonita le decía a él, un herido, que buscara su propia medicina.

Sin embargo, siempre le hacía caso.

Al ver que su pequeña figura se marchaba, Nicole finalmente apartó la mirada.

“¡Cómo duele! Mi cintura… Mi cuello… Ayúdenme…”.

Detrás de ellos, la maestra estaba tan asustada que se puso pálida.

Nicole vio al Pequeño Michael volver con una bolsa de medicinas y ocultó la frialdad de sus ojos. Ella esbozó una ligera sonrisa.

Miró a la maestra y luego al niño que estaba detrás de ella.

“Dile al doctor que no se contenga y que no dude en recetarle todas las medicinas que necesite. Pagaré diez veces la cantidad”.

Mientras Nicole hablaba, se acercó a la maestra.

“Esta vez fue el adulto. La próxima vez, debes tener cuidado con el niño…”.

Nicole no era una especie de diosa de la misericordia que se preocupaba por los demás.

La razón por la que ella empujó a la mujer era que cuando se trataba de brujas sin escrúpulos, a Nicole no le quedaba de otra que ser más cruel que ella.

Ella despreciaba a la gente así, pero tampoco quería ponerle las manos encima a un niño.

Sin embargo, si había una próxima vez, nadie podía garantizar nada.