La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1438

Después de esperar unos veinte minutos, una mujer de mediana edad, algo gordita y adornada con joyas, se acercó con un niño igualmente gordo y fuerte.

“Tú eres la tía del niño y también su maestra, ¿y ni siquiera pudiste resolver este asunto? Es solo una pequeña pelea entre niños. ¿Cuál es el problema? Solo tienes que pagar más por sus gastos médicos. ¡Es obvio que ellos solo intentan extorsionarnos por dinero!”.

La mujer de mediana edad era ruidosa y estaba llena de vitalidad. La cadena de oro brillante alrededor de su cuello podría realmente dejar ciego a alguien.

Al mirar su muñeca, Nicole vio que llevaba entre ocho y nueve pulseras, algunas de las cuales eran de Cartier.

A simple vista, estaba claro que su familia era rica y, muy probablemente, de nueva riqueza.

Nicole la miró de arriba abajo, pero no parecía tener una impresión de esta mujer. Parecía que no conocía a la mujer del círculo.

La maestra lanzó una mirada desesperada a su hermana, indicándole que no dijera nada más.

Sin embargo, la mujer de mediana edad parecía tener un resentimiento profundo y tiró de su hijo hacia el frente.

Cuando vio a Nicole, se congeló por un momento y comenzó a fruncir el ceño.

“¿Cómo alguien tan hermosa puede ser tan quisquillosa y calculadora? ¿Acaso no tienes dinero?”.

La maestra se puso pálida. “Lo siento, Señorita Stanton. Mi hermana no presta mucha atención a las noticias y no sabe…”.

Antes de que la maestra pudiera terminar, la mujer volvió a girar la cabeza para mirar a Nicole.

“¿Noticias? La verdad es que me resultas un poco familiar. ¿Eres una actriz? ¡Ja! He visto muchas actrices de tercera categoría como tú. Todo se trata de dinero, ¿no es así? Este niño es tu hijo ilegítimo, ¿cierto? Estoy segura de que tampoco quieres exponer este asunto. Será mejor que aprendas a no tentar la suerte. A mi familia no le hace falta dinero. ¡Podemos hacer fácilmente un escándalo sobre ti y así manchar tu nombre!”.

Nicole la miró en silencio y luego sonrió ligeramente.

A un lado, el rostro pálido de la maestra lucía extremadamente incómodo e increíblemente ansioso.

“Hermana, ¿de qué estás hablando? ¿Sabes quién es ella?”.

“¿Qué? No me importa quién es. ¿A qué le tienes miedo? Tú eres la maestra. Si ella se atreve a hacer un gran problema de esto, solo atormenta a su hijo con todas tus fuerzas. ¡No pienses que tendrás un buen rato en la escuela en el futuro!”.

La mujer gordita de mediana edad fulminó con la mirada a Nicole, obteniendo el control con fuerza, y no le dio ninguna oportunidad de hablar.