La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1526

Angie no podía decir cómo se sentía ahora mismo. Solo que había un flujo de ira que tenía que desahogar.

La ira y la vergüenza se acumularon en su corazón. No quería pensar en nada, no quería preocuparse por la ocasión que era. Comenzó a luchar contra la persona que tenía frente a ella.

Sus movimientos eran extremadamente hábiles. Era debido a la experiencia que había adquirido tras pasar su infancia en los lugares más peligrosos. Sin embargo, su oponente era un hombre con más experiencia en la lucha que ella. Ganaba contra ella tanto en técnica como en fuerza.

La conmoción en la puerta atrajo la atención de muchas personas.

La identidad de Angie era especial. Durante un rato, la ruidosa escena quedó sorprendentemente tranquila, dejando solo el sonido del intercambio de golpes.

Pronto, un círculo de personas del mismo tamaño y aura que el hombre del traje gris se amontonaron a su alrededor.

Todos ellos habían socializado entre los invitados de hace un momento y, de repente, destacaron entre la multitud. Eran astutos y estaban alerta.

¡Bam!

En el momento en que Angie fue arrojada al suelo, no se veía tan miserable como uno lo pensaría, en cambio, sacó de su liga una pistola de bolsillo plateada. Miró al hombre que tenía enfrente con una mirada extremadamente fría y apretó el gatillo sin dudarlo.

Cuando el arma se disparó, el lugar se convirtió en un caos. Los invitados gritaron y corrieron por todas partes para intentar huir del lugar.

Una mueca de desprecio se curvó en la comisura de la boca de Angie. Su mirada era despectiva.

En un abrir y cerrar de ojos, el hombre que recibió el disparo retrocedió dos pasos, como si el impacto de bala lo hubiera sacudido. Su rostro estaba ligeramente pálido.

Sin embargo, no había sangre en su pecho, donde había sido disparado.

No había sangre. ¿Qué significaba eso?

Era imposible que Angie no lo entendiera.

Sus labios se volvieron pálidos y ella tembló.

Cuando volvió a mirar al hombre, su mirada estaba envuelta en un escalofrío, como si estuviera mirando a un enemigo.

El hombre llevaba un chaleco antibalas. Estaba claro que había venido preparado.

El entorno ruidoso y el silencio entre ellos aquí eran como de dos mundos aislados.