La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1587

Desde el momento en que Nicole desapareció, Clayton tenía tantas cosas que quería decir.

Los cambios estremecedores lo dejaron sin nadie con quien hablar.

Afortunadamente, todavía tenía la oportunidad de decirle.

Nicole asintió y vio que el doctor lo empujó hacia adentro. El Director Sven y el equipo de expertos pronto recibieron la noticia y también entraron.

La cortina del interior estaba cerrada, como si los separara en dos mundos.

Nicole se quedó allí y esperó durante una hora completa, sin siquiera cambiar de posición.

Nadie sabía lo que estaba pensando. Sus pensamientos estaban dispersos y desordenados, pero su estado de ánimo era inexplicablemente relajado.

Al escuchar el sonido de pasos detrás de ella, Nicole ni siquiera tuvo que pensar para saber que Kai había traído a los demás.

"Pequeña N, ¿escuché que se despertó?".

Floyd se acercó con sus ojos brillando.

Él no quería que su hija estuviera obsesionada con una persona en una coma. Era bueno que Clayton se hubiera despertado.

Nicole levantó la cabeza, miró a Floyd y asintió con una sonrisa.

“Se está haciendo una evaluación allá adentro. Debe terminar pronto”.

Floyd respiró aliviado, parecía de buen humor.

“Me alegro, me alegro. No importa qué, él te salvó, por lo que es el benefactor de nuestra familia. Dile que no se contenga si quiere algo”.

Nicole sonrió y asintió.

“Está bien, Papá. No te preocupes".

Floyd sonrió. "No estoy preocupado. Haz que Kai se quede contigo y avísame si necesitas algo. Volveré y le pediré al mayordomo que prepare algunas comidas nutritivas para ayudarlo en su recuperación”.

Nicole asintió y vio a Floyd irse felizmente.

Kai se sentó a un lado e inclinó la cabeza, completamente exhausto.

“Ya les dije a Grant y a Aida. Ahora todos podemos respirar aliviados”.

Nicole miró hacia la puerta y sonrió sin hacer ruido.

No mucho después, Grant y Aida vinieron juntos.

La expresión de Grant era ansiosa, pero aparentaba ser frío y solemne. Él miró a Nicole y Kai y arrugó las cejas mientras miraba la puerta cerrada de la habitación.