La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1765

Yvette resistió el impulso de saltar de alegría y reprimió su emoción interna.

“Estoy feliz. Solo temo que te encuentres en una posición difícil”.

Fingió parecer generosa.

Lance vio a través de sus pensamientos y soltó una ligera risa. Se inclinó y pellizcó su alegre cara sonrojada.

“¿Qué tiene de difícil? Eres mi legítima esposa, así que puedo darte cualquier puesto. Es solo una cuestión de palabras. Los que quieren oponerse solo estarán haciendo el ridículo”.

Aunque ella no quería reírse, tenía que admitir que las palabras de Lance eran muy tranquilizadoras.

Satisfacían por completo su vanidad.

La esposa de Lance podía llegar a donde quiera, y más aún ser una simple Vicepresidenta.

Yvette lo miró con una sonrisa.

“Entonces, ¿puedo hacer lo que me plazca en la compañía?”.

Él hizo un gesto con la mano.

“¡Puedes hacer lo que quieras!”.

Yvette saltó emocionada sobre su cuerpo y le dio un gran beso en la mejilla. “¡Gracias, esposito!”.

Lance se quedó atónito ante esta repentina acción. Afortunadamente, se apresuró a sujetarla para que no se cayera.

Era tan descuidada.

Antes de que pudiera abrir la boca para reprenderla, escuchó de repente que llamaban a la puerta. Su asistente abrió la puerta y entró.

“Señor Sheldon, la policía está aquí…”.

Hizo una pausa a mitad de la frase.

La cara del asistente se puso roja como un cangrejo cocido, y se apresuró a retirarse.

“¡Y-yo no vi nada!”.

El asistente solo quería volver a salir por la puerta y morir aplastado.

La pareja en la oficina se sintió un poco incómoda.

Lance bajó a Yvette. Su rostro estaba inexplicablemente algo sombrío y hosco.

“Cuando Hans no está aquí, los demás se vuelven muy rebeldes”.

Cuando la colega la miró por tercera vez, ella no pudo evitarlo.

Yvette dejó la taza que tenía en la mano sobre la mesa con fuerza y la miró.

Esta colega tenía una buena relación con ella antes, así que ¿por qué se mostraba titubeante ahora?

“Sé que tienen muchas cosas que preguntarme. ¡Solo pregúntenme directamente!”.

Era mejor que especular en secreto.

La colega miró a Yvette, frunció los labios y no pudo evitar la curiosidad en su corazón. Miró a los otros colegas no muy lejos.

Parecía que tenía que aprovechar la oportunidad para hacer la pregunta.

La mujer apretó los dientes y dijo: “Señora Sheldon…”.

La expresión de Yvette cambió. “¡Para! Llámame por mi nombre”.

¿Qué demonios? ¿Señora Sheldon? ¿Acaso querían que todo el mundo supiera que había entrado por la puerta trasera?

La colega se aclaró la garganta.

“Yvette, ¿estás bien? Acabo de escuchar lo que dijo Jim…Todos estábamos dudando si llevarte un cambio de ropa…”.