La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1792

Julie miró a Nicole atónita.

“Vas a dar a luz en unos meses. ¿No es un poco tarde para asustarte?”.

Nicole frunció los labios y se la mano sobre el pecho. Sentía que su corazón se aceleraba. “Bueno, ¡al principio no esperaba que fuera tan aterrador! Ahora me estoy arrepintiendo un poco…”.

Por supuesto, Nicole no se atrevería a decirle esto a Clayton.

Al pensar en Clayton, Nicole recordó algo de repente.

“Deberías entrar primero. Voy a llamar a Clayton”.

Julie soltó la mano de Nicole. Ya estaban en la puerta de la sala, por lo que estaban a solo unos pasos de distancia.

“En un momento así, ¿todavía quieres hablar con el Señor Sloan? Solo estás embarazada, ¿pero tienes que informarle cada pequeña cosa? ¡Deberías darle tu nombre a la Asociación Mundial de Investigación Hospitalaria!”.

Nicole ignoró el comentario sarcástico de Julie y le dijo ansiosamente que se apresurara en entrar.

Julie dejó de molestar a Nicole y se dio la vuelta para entrar a ver a Aida.

Nicole llamó a Clayton y solo le dijo que Aida estaba en trabajo de parto.

Ella no le dijo nada más.

La línea se quedó en silencio durante unos segundos. Clayton suspiró antes de persuadirla suavemente.

"Espérame allí. Estaré allí en unos minutos, ¿está bien?”.

Nicole colgó el teléfono, con una sensación de satisfacción.

También sintió que había exagerado un poco

Sin embargo, Nicole no podía evitarlo.

Ella se sentía muy sensible durante su embarazo. No importaba lo que dijeran los demás.

Cuando ella sentía que quería ver a Clayton, tenía que verlo y no podía esperar.

Los gritos de Aida en la sala se calmaron. Kai dijo unas palabras que hicieron reír a todos. Incluso Grant no pudo evitar reírse.

Nicole escuchó eso y sintió que ahora estaba de mejor humor.

Aida miró a Nicole con el rostro pálido. Sus ojos seguían siendo amables. Solo se veía un poco cansada.

El rostro de Kai se puso rígido y miró a Nicole furioso.

Nicole no se inmutó.

Julie solo se cubrió la frente, parecía impotente.

Cuando dos hermanos estaban en guerra, los espectadores se convertían en daño colateral.

No mucho después, el Señor Anderson llegó al hospital con una caja de sándalo rojo en la mano.

“Presidente…”.

Floyd la cogió con satisfacción y se la entregó a Aida.

“Toma, esto es una pequeña muestra de agradecimiento de mi parte. Quédatelo. No es fácil tener un hijo, así que considera esto un pequeño regalo para el pequeño”.

Aida se quedó atónita y miró a Grant.

Grant frunció el ceño. “Papá, el bebé aún no ha nacido…”.

Floyd le puso los ojos en blanco. “¿Por qué no puedo darle regalos a Aida antes de que nazca el bebé? ¡Puedo darle regalos cuando quiera! Si se lo doy ahora, ¡Aida tendrá más fuerza para dar a luz!”.