La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1885

Había demasiados aspectos involucrados en un divorcio. Por lo tanto, que Yvette propusiera un divorcio era una situación trascendental.

Si todo el mundo supiera que Yvette había perdido ante la exnovia de Lance, ¿cómo podría mantener su reputación como la gran Señorita Quimbey?

Una separación sería lo mismo que renunciar a Lance, sin perder la identidad como la Señora Sheldon.

Yvette sería como las innumerables esposas ricas; ya sea intencionalmente manteniendo un acto armonioso y tolerando algo tan desagradable, o despilfarrando dinero en sus novios mantenidos.

No importaba.

Por supuesto, Yvette tampoco tendría derecho a entrometerse más en los asuntos privados de su esposo.

Yvette no podía decidir si era mejor terminar su relación de una vez por todas o mantener una actitud de ojos que no ven, corazón que no siente.

¿Divorcio o separación?

Nicole probablemente estaba sorprendida por la repentina pregunta de Yvette.

Ella se quedó en silencio durante unos segundos antes de preguntarle a Yvette tentativamente: “Yvette, ¿estás bromeando? ¿Qué pasó?".

Yvette respiró profundamente.

"No estoy bromeando. Estoy seria. Por primera vez, siento que es degradante estar profundamente enamorado de alguien. Así fue con Sean en el pasado y sigue siendo lo mismo ahora que estoy casada. ¿Por qué no puedo ser más superficial en las relaciones? ¡Ese es el tipo de persona que se suponía que era!”.

Esos hombres la arrastraron al torbellino del amor, pero le dijeron que no se lo tomara demasiado en serio.

Cada relación le enseñó algo, pero ella nunca aprendió la lección.

Al darse cuenta de la importancia del asunto, Nicole trató de calmarla suavemente.

"¿Hay algún tipo de malentendido?".

Yvette de repente perdió el control y se echó a llorar.

“Lance hizo que su ex novia trabajara en la compañía, y todos lo sabían, pero él me lo ocultó. Incluso los escuché a los dos hablar sobre cómo él se arrepentía de nuestro matrimonio. ¿Qué otro malentendido puede haber?”.

Todos en el bar quedaron atónitos cuando escucharon esto.

El gerente del bar permaneció allí por un rato, sin saber qué hacer.

Él solo podía pretender no escuchar nada y continuar sirviendo a la Señorita Quimbey con las mejores cosas.

Anteriormente, él había escuchado que la Señorita Quimbey se casó y tenía una buena relación con su esposo.

Él creía que ninguna pareja del círculo de los ultra ricos podían escapar al destino de ser superficialmente armoniosos.

¡Qué lástima!