La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1959

Aunque Nicole sabía dónde se estaba quedando Clayton en Libertad, le parecía demasiado abrupto si iba allí.

Además, ella no tenía clara la situación actual. ¿Y si había una trampa allí?

Ella no fue demasiado impulsiva y sabía que tenía que pensar en ello.

Al pensarlo mejor, Nicole tomó un taxi.

"Corporación SF, por favor".

Tomaría demasiado tiempo esperar a que viniera el conductor de Grant ahora.

Por lo tanto, Nicole fue directamente a la oficina. Quizás entonces, ella podría encontrarse con algunos conocidos que estaban trabajando horas extras.

La luz era tenue por la noche, por lo que ella no pudo ver la cara del taxista. Sin embargo, estaba lo suficientemente alerta como para anotar el número de placa.

Nicole recordaba vagamente el camino a la Corporación SF.

Al ver que el coche iba efectivamente en la dirección correcta, ella se sintió secretamente aliviada.

Ella se sentía segura, así que miró su teléfono y le envió un mensaje a Grant.

Nicole le pidió a Grant que le diera dos días más. Ella se iría de Libertad en un máximo de tres días.

Probablemente, Grant todavía estaba enojado porque se negó a responder.

El taxi condujo a la parte inferior de un puente, por lo que hubo unos segundos de oscuridad.

Nicole inconscientemente levantó su cabeza.

En un instante, el coche se sacudió. De repente, ella sintió que otro coche chocaba el asiento del pasajero delantero.

El taxi giró de lado inmediatamente y perdió el control durante unos segundos antes de que el motor se apagara.

Nicole fue lanzada hacia un lado a causa del impacto. Al final, ella pudo sentarse firmemente.

En el segundo siguiente, ella sintió un frío en el rostro.

Nicole extendió la mano para bloquearlo, pero todo estaba borroso en el espacio oscuro.

No podía encontrar un punto focal.

De repente, una aguja fría atravesó su piel.

Su pecho se hundió e instantáneamente ella sabía que estaba en problemas.

Nicole quería abrir la puerta y escapar, pero antes de que pudiera alcanzar la manija, la puerta se abrió desde afuera.

Su conciencia se volvió borrosa gradualmente y su mente estaba aturdida.

En su último momento de conciencia, Nicole escuchó la voz de un hombre y una risa estridente.

"¡Señorita Stanton, bienvenida a Libertad!”.

Nicole perdió la conciencia antes de poder ver cómo era esa persona.

Se arrepentía un poco de no haber dejado que Grant enviara a alguien a buscarla.

Clayton no había contestado su teléfono antes. ¿Acaso también estaba en peligro?

Parecía que Libertad no era nada pacífico.

......

Una enorme villa libertiana.

Cuando Nicole abrió los ojos, vio el entorno desconocido y al instante se puso nerviosa.

Lo último que vio antes de perder la conciencia instantáneamente le vino a la mente.

La sensación de peligro acercándose la hizo estremecerse.

Nicole se incorporó bruscamente. Su cabeza se sentía muy pesada como si estuviera llena de cemento.

Esta habitación no era grande. No tenía ventanas y parecía un lavadero, pero tenía una cama.

También olía a humedad.

Aunque Nicole se sentía incómoda, no podía importarle menos.

Ella extendió la mano para sentir su cuerpo. Como era de esperar, su teléfono no estaba.

Su expresión cambió dramáticamente. Ella soportó la incomodidad de su cuerpo y se levantó de la cama.

Tal vez les preocupaba que ella se escapara porque sus zapatos no estaban.

Justo antes de llegar a la puerta, de repente vio que la manija de la puerta se estaba moviendo. Alguien estaba abriendo la puerta desde afuera.

Nicole levantó los ojos ligeramente.

Al ver a la persona que estaba por entrar, Nicole entrecerró los ojos ligeramente.

"¡¿Ingrid?!".

Nicole estaba sorprendida.

Ingrid estaba adornada con joyas. Ella lucía incluso más extravagante que antes, cuando era la arrogante Señorita Ferguson.

La tolerancia e introversión que Ingrid tenía cuando Eric la castigó para ser vendedora de zapatos desapareció por completo.

Ingrid levantó levemente sus cejas mientras miraba a Nicole, quien cayó en sus manos, con una mirada un poco frívola y encantadora.

“No esperaba que todavía te acordaras de mí. Cuando me enviaron lejos de Mediania, estaba pensando en cómo podía torturarte si de alguna manera cayeras en mis manos algún día…”.

La voz de Ingrid era fría. Había un toque de moderación y alegría en sus ojos.