La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 2046

Yvette suspiró, volteó la cabeza y señaló a los jóvenes y energéticos muchachos dentro de la cancha de baloncesto.

“Mira, sería genial si no estuviera casada. Cualquiera de ellos podría ser mi mantenido. ¿Qué tan bueno sería eso? Es un sentimiento de tanta juventud…”.

Julie no podía evitar decir: “¿Por qué? ¿El Señor Sheldon tiene algún tipo de discapacidad? ¡¿Ya está teniendo problemas a su edad?!”.

En un instante, el aire a su alrededor parecía estar en silencio.

Yvette volteó la cabeza rígidamente y se sonrojó. Ella apretó los dientes.

“¡Julie, no digas tonterías! ¡Él no tiene ningún problema con eso!”.

Julie frunció el ceño. “Entonces, ¿por qué te ves tan arrepentida? Pensé que…".

Yvette cerró los ojos y dijo con impotencia: “Los hombres mayores y los jóvenes tienen sus propias ventajas. Solo suspiré un poco. No pienses demasiado en eso”.

Nicole parpadeó y no pudo evitar reírse.

"Está bien, este tema se está saliendo de las manos...".

Yvette resopló levemente.

Al segundo siguiente, hubo una exclamación repentina desde la cancha de baloncesto.

El balón de baloncesto salió volando y aterrizó justo en los pies de las tres mujeres.

El joven galán que más le fascinaba a Yvette corrió unos pasos y le gritó a Yvette: "¡Tía, por favor, tíranos el balón!".

Las tres mujeres se quedaron allí como si hubieran sido golpeadas por un rayo, especialmente Yvette.

Yvette originalmente pensó que tenía la oportunidad de coquetear con el joven galán. Tenía que ser pasiva si no iniciaba la interacción.

Sin embargo, este joven galán la llamó tía, lo cual molestó a Yvette.

Yvette comenzó a dudar de sí misma mientras estaba parada allí con emociones encontradas.

Ella miró al joven galán mientras corría hacía ellas bañado en sudor.

Hace un momento, Yvette pensaba que ellos eran muy jóvenes a pesar de que estaban sudando profusamente en la cancha.

Ahora, ella solo pensaba que el joven galán era maloliente y desarreglado.

Yvette pisó el balón de baloncesto, rechinó los dientes y quería romper el balón de baloncesto si podía.

Era una lástima que ella no fuera lo suficientemente fuerte.

El joven galán llegó hacía ellas y sonrió inofensivamente.

"Tía, dame el balón".

Él extendió su mano.

Nicole y Julie, con sensatez, retrocedieron unos pasos y se pararon en la esquina trasera, fingiendo no conocer a Yvette.

Ellas no querían involucrarse en esta burla.

Yvette bajó los ojos, le sonrió superficialmente y le preguntó: "¿Cómo me llamaste?".

"¿Tía?".

El chico se rascó la cabeza y no sintió que había hecho algo malo.

Yvette hizo una pausa. "¿Es tu balón?".

“Sí, Tía. ¿No nos has estado observando durante mucho tiempo? ¿Tu hijo también está jugando al baloncesto aquí?”.

Yvette jadeó. Su rostro se puso pálido.

Lentamente, ella respiró hondo y contuvo su ira.

¡Era tan frustrante!

Después de todo, Yvette era la Vicepresidenta de la Corporación Sheldon, una jefa admirada por miles de personas.

Durante el tiempo que estuvo en Cali, ella estuvo en una situación peligrosa, pero nadie se atrevió a hacerla enojar así. Siempre fue respetada.

Sin embargo, ahora, ella sentía que estaba a punto de explotar.

"Tía…".

El chico insistió de nuevo.

Yvette levantó la cabeza y lo miró con fiereza.

"¡Cállate! ¿Te conozco? ¿Por qué me llamas tía? ¿Por qué debería ayudarte? ¡¿Tu madre no te enseñó a hacer las cosas tú mismo?!”.

Yvette le gritó al chico y vio los ojos sorprendidos del chico. Luego, ella pateó despiadadamente el balón de baloncesto en la dirección opuesta lejos.

Después de eso, ella movió su cabello con orgullo y miró al chico con arrogancia.

"¡Toma esto como una lección gratuita sobre los peligros de la sociedad!".