La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 2313

Malcolm estacionó el coche al costado del camino lentamente y contestó el teléfono.

"¿Hola?".

“Hola, Doctor King. Soy Clayton Sloan. Nos conocimos hace un momento”.

"Lo sé. Señor Sloan, ¿en qué le puedo ayudar?”.

Su tono era paciente y tranquilo como la forma en que trataba a cada paciente.

Después de diez segundos de silencio, Clayton respondió con voz ronca y profunda. Parecía haber reunido todo su coraje pero se le hizo un nudo en la garganta.

“Descubrí que Nicole tiene intenciones suicidas. ¡Por favor, sálvala!”.

Clayton sentía como un dolor denso en los huesos.

Nicole no era tan valiente y fuerte como imaginaba.

Durante los días que había desaparecido, Nicole también quería morir con él.

Antes de casarse, Clayton sabía que Nicole no lo amaba tanto como él la amaba a ella. Por lo tanto, él agotó todos los medios para casarse con ella y se sintió bendecido de que su deseo se había hecho realidad.

Él sentía que era bueno que ella no lo amara tanto para que no se entristeciera demasiado si le pasaba algo a él.

Sin embargo, él esperó demasiado y era difícil expresarlo.

Ahora que vio que ella estaba sufriendo, él descubrió que el trauma mental de ella por ese incidente era más grave que sus lesiones físicas.

Clayton sentía que era absurdo ignorar las oportunidades que se le presentaban una y otra vez.

Él la apartó repetidamente debido a su ridícula autoestima.

Cada vez que hacía eso, la estaba lastimando.

Esas cicatrices eran sangrientas e impactantes. Le hacía extremadamente difícil respirar.

Clayton no se atrevía a recordar eso.

Él tenía miedo de no poder controlarse. Estaba tan molesto consigo mismo que sentía ganas de abofetearse un par de veces. ¿Cómo se atrevía a subestimar su amor por él?

La mimada Señorita Stanton, quien era amada por todos, lo amaba tanto.

Lo amaba tanto que podría sacrificarse.

Clayton se sentía como el hombre más afortunado del mundo.

Él colocó una mano en su rodilla y cerró los ojos. Las venas de su cuello se hincharon y su rostro estaba sombrío.

Al mirar más de cerca, las esquinas de sus ojos estaban húmedas. Clayton estaba haciendo todo lo posible por reprimir sus emociones.

La voz de Malcolm era suave y amable por teléfono. Sin embargo, las palabras que dijo fueron duras y golpearon a Clayton sin piedad.

“Eso depende de usted, Señor Sloan. Solo usted puede salvarla. Desde su accidente, la Señorita Stanton ha tenido problemas para dormir. Ella también ha tenido alucinaciones. Fue entonces cuando empezó a tomar somníferos. Luego, le diagnostiqué depresión y le receté antidepresivos. Creo que ella se puede estar castigando a sí misma y no estoy seguro de si está tomando la medicina a tiempo. Afortunadamente, ella ha podido controlar sus emociones y no había hecho nada fuera de control. Señor Sloan, debería prestar más atención a sus emociones a diario. Usted es su medicina”.

“Usted es su medicina…”.

La garganta de Clayton se movió ligeramente. Él sentía como si algo lo estaba bloqueando y no podía hablar.

Después de colgar el teléfono, Clayton se frotó las sienes. La tristeza en su rostro no podía ocultarse.

Clayton pensó: 'Si lo hubiera sabido antes...'.

Era una lástima que él no pudiera retroceder el tiempo.

Clayton se quedó sentado aturdido por un momento antes de regresar a la sala. Él lavó la toalla otra vez y limpió el cuerpo de Nicole con cuidado y meticulosidad.

Nicole era una ebria somnolienta y no se movía. No se volvía loca cuando estaba borracha.

Por lo tanto, mientras ella dormía, Clayton podía mirarla sin preocupaciones. Nicole era tan encantadora y hermosa.

Clayton no quería dejarla.

El cielo se oscureció gradualmente y Clayton se relajó.

Él atenuó las luces y se sentó allí, ignorando por completo el dolor punzante en su pierna.

Su dolor no era nada comparado con el de ella.

Clayton planeaba sentarse allí hasta el amanecer. Quería decirle lo que sentía por ella en el momento en que abría los ojos.

Si ella pudiera aceptarlo, podrían volver a ser como eran las cosas entre ellos antes del terremoto.

Con ese pensamiento, Clayton finalmente sonrió.