La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 2373

En el piso de arriba, la mirada de Quinn estaba aturdida después de una sesión íntima con el hombre de la cicatriz en la cara. Su cara estaba roja y resplandeciente cuando se lanzó a los brazos del hombre. Su voz también era más cautivadora.

"No hiciste lo que me prometiste".

El hombre estaba fumando, y se rio cuando oyó esto.

"La gente que rodea a Nicole Stanton es tan poderosa que ni siquiera he podido encontrar la oportunidad de hacerlo. Logré que alguien la siguiera una vez, pero a ese tipo lo atraparon, le dieron una paliza y luego lo arrestaron".

Quinn inmediatamente recuperó la sobriedad y empezó a ponerse la ropa con calma.

El hombre miró su rostro molesto y agarró su mano.

"Si no funciona esta vez, podemos volver a intentarlo la próxima".

Quinn se lo quitó de encima. "¿Cómo piensas hacerlo?".

"¡Yo no puedo acercarme a ella, pero tú sí!".

El hombre la miró y sonrió siniestramente.

El humo que salía de su boca cayó sobre la cara de ella.

Quinn se quedó algo sorprendida.

"No te preocupes. Con tal de que me hagas caso, se puede realizar sin que nadie se dé cuenta".

El hombre la consoló con una sonrisa.

Quinn asintió sin dudarlo.

Los dos estuvieron abrazados por un rato antes de salir uno tras otro.

El cuerpo de Selena se puso rígido cuando vio a esas dos personas. Rápidamente bajó la cabeza y le dijo a Eric: "Ya salieron".

Eric no levantó los ojos, ya que estaba minimizando su presencia a propósito.

Ya estaba en un lugar en el que no podía ser visto fácilmente.

Por ello, esas dos personas no podían verlo.

Eric parecía impasible.

Simplemente pellizcó ligeramente la base de su copa de vino.

Después de que las dos personas se marcharan, repentinamente hubo una ráfaga de viento.

Antes de que Quinn tuviera tiempo de despedirse del hombre, vio como más de una docena de guardaespaldas la rodeaban.

Sus expresiones cambiaron levemente.

El hombre de la cicatriz en la cara se tensó por un momento. Al ver que la situación se tornaba mala, se dio la vuelta y quiso correr hacia el bar para aprovechar el caos y escapar.

Sin embargo, ya había gente esperando detrás de él.

Fue golpeado en la cabeza.

El hombre de la cicatriz en la cara agrandó los ojos y cayó al piso en un instante.

El rostro de Quinn se puso pálido con miedo al ver al hombre, con quien acababa de estar, caer al suelo como si estuviera muerto.

Vió la docena de guardaespaldas de negro que tenía frente a ella y comenzó a temblar.

"¿Quiénes son ustedes? ¿Quién los envió aquí? ¿Saben quién soy? ¡Soy la Señora Ferguson! ¿Acaso fue esa p*rra de Nicole quien los envió aquí?".

Quinn reveló su identidad sin pena y hasta manifestó sus dudas.

Uno de los guardaespaldas ató sus manos, la amordazó y la metió en el coche.

Todo esto ocurrió en menos de un minuto.

El hombre de la cicatriz en la cara fue metido en el coche de atrás por el resto de guardaespaldas.

La noche era solitaria y silenciosa.

Mientras el frío viento soplaba, algunas de las hojas de los árboles se soltaron y cayeron al suelo.

El bar seguía ruidoso y animado.

Eran dos mundos completamente diferentes.

Eric, quien estaba en la butaca, bebió varias copas de vino sin decir palabra.

No mucho después, su teléfono sonó.

Él aceptó la llamada.

La otra persona dijo algo, luego Eric terminó la llamada y se levantó.

Selena también se levantó.

Quería decir algo, pero no sabía qué.

Después de todo, esto no era ese tipo de cosas que se arreglaban con palabras de consuelo.

Eric la miró con sus ojos oscuros y profundos.

"Gracias".

Después que habló, se levantó y se marchó.

Selena apretó los labios. "Yo debería darte las gracias".

Sin embargo, Eric no pudo haber oído esas palabras porque ya se había marchado.

No importaba.

De todos modos, Selena le debía muchos favores.

El viento frío estaba arrebatado afuera.

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