La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 273

Los indígenas se alarmaron por el disparo y se levantaron en pánico y en alerta, empuñando sus palos de madera.

Nicole y Nathaniel intercambiaron miradas. Nathaniel se veía serio y sus ojos estaban alertos. Se llevó el dedo índice a los labios e hizo un gesto de silencio.

Entonces, escucharon innumerables pasos apresurados. Los indígenas corrían y pisaban las ramas de los árboles, y sus bocas gritaban un idioma incomprensible.

Sonaba como si se tratara de una seria advertencia.

Los furiosos insultos de los piratas iban acompañados del sonido de sus armas. El ambiente se sentía tensa durante un rato.

Naturalmente, los piratas no le temían a los indígenas, ya que tenían armas.

Sin embargo, los nativos superaban en número a los piratas. Ellos tenían un número limitado de balas, así que los indígenas no tenían una gran ventaja.

Lo que los enfurecía aún más era que habían seguido a su ‘presa’ hasta este lugar, pero no habían encontrado nada, salvo la tribu primitiva.

Habían sido engañados.

“¿Hay realmente gente primitiva en este lugar? ¡Maldición! ¡Es un desperdicio de balas si los matamos!”.

“Ese explorador debe estar cerca. Me pregunto si es un pez gordo”.

“Lo sabremos una vez que lo atrapemos. Si no es valioso, mátalo”.

Solo habían venido tres piratas. A Nicole se le pusieron los pelos de punta cuando esa conversación llegó a sus oídos.

Su corazón saltó a la garganta. Estaba tan nerviosa que su corazón podía saltar en cualquier momento.

Los tres piratas empezaron a disparar de forma imprudente. Alguien resultó herido en el proceso porque los indígenas se asustaron y comenzaron a huir desordenadamente.

Las armas hechas con ramas de árbol que tenían los indígenas no eran rivales para las armas de los piratas.

Los piratas registraron a la tribu, pateando las tiendas y la leña. Incluso apartaron a patadas a algunos de los flacos indígenas.

Al mismo tiempo, los gritos miserables de los indígenas y las risas estruendosas de los piratas se mezclaron en una cacofonía de ruido ensordecedor.

El ruido se fue acercando cada vez más hasta que estaba casi justo delante del árbol donde se escondían Nicole y Nathaniel.

Huyeron rápidamente, hiriendo a varios indígenas en el camino, mientras el resto de los indígenas los perseguían en una ráfaga.

Nicole y Nathaniel se miraron y suspiraron aliviados, con los rostros aún miserablemente pálidos. Sonrieron contentos por haber escapado de las garras de la muerte.

Nathaniel no bajó la guardia y examinó cuidadosamente alrededor por la presencia de algún indígena.

“Tomaremos un camino diferente, para no toparnos con ninguno de ellos”.

Por supuesto, Nicole creía en la experiencia de Nathaniel e inmediatamente asintió con la cabeza.

Los dos estaban a punto de marcharse cuando, de repente, escucharon un rugido en el aire.

Sonaba un poco como un helicóptero, pero no solo uno.

Tigger se asomó de repente del bolsillo de Nicole.

“Alguien ha hackeado mi rastreador y ha empezado a utilizar el satélite para localizar mi posición. Mamá, ¡podría ser Molly Stewart o el Gran Dios Maverick!”.