La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 281

Dentro de la cabina de Nicole.

La habitación era impecable, cómoda y lujosa. Tan pronto como Nicole abrió los ojos, escuchó el grito histéricamente emocionado de Kai. “¡¡Nicole está despierta!!”.

Nicole sentía como si sus tímpanos estuvieran a punto de romperse, pero al mismo tiempo, su corazón lo apreciaba.

La luz del sol brillaba a través de la ventana y se esparcía por el suelo. Gotas de agua golpeaban suavemente la ventana de la cabina procedentes de las olas que rodeaban el barco. A lo lejos, suaves y esponjosas nubes se esparcían sobre el soleado cielo azul.

Era más que hermoso.

Nicole movió suavemente sus manos, que se sentían torpes y pesadas ya que estaban envueltas en una gasa.

Kai estaba sentado junto a su cama. Tenía los ojos enrojecidos.

“Pequeña N, desde que tu avión se estrelló, he estado intentando encontrarte en el mar durante mucho tiempo. Por fin pude traerte de vuelta… ¡Prometo comprarte lo que quieras!”.

Nicole curvó sus labios. Esto parecía un hermoso sueño irreal, pero el fuerte olor a desinfectante llenó su cavidad nasal y la devolvió a la realidad. ‘¡Estoy viva! ¡Sobreviví!’.

Ella se fijó en el cabello desordenado de Kai, y ese rostro mortalmente apuesto ahora se veía desaliñado y demacrado.

“Entonces… Tengo que pensarlo…”. Nicole se rio.

Nicole nunca pensaba dos veces cuando usaba el dinero de su hermano.

Kai asintió con la cabeza sin parar.

De repente, alguien empujó la puerta frenéticamente.

“Nicole…”. La voz de Eric era cuidadosa.

Al escuchar la voz familiar, Nicole se quedó ligeramente sorprendida. Miró a un lado y vio que realmente era Eric Ferguson.

Recordaba haberlo visto caminar hacia ella desde el helicóptero cuando estaba en la isla.

Nicole pensaba que era un sueño, ¡pero resultaba ser real!

Era sorprendente que él fuera capaz de apartarla de la lluvia de balas.

Nicole vio las profundas emociones que brotaban de sus ojos. Ella bajó ligeramente la mirada y le dedicó una sonrisa cortés y distante.

“Señor Ferguson, debo darte las gracias por esta vez”.

El cuerpo de Eric se puso ferozmente rígido, como si sus palabras lo apuñalaban en lo más débil de su corazón. El color de sus labios palideció.

Para ella, él era solo un extraño…

“Yo… me alegro de que estés bien”.