La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 296

Nicole levantó una ceja y vio como Nathaniel salía del coche y parecía que aceptaba una sentencia de muerte con los brazos abiertos.

Nathan se acercó al Cayenne caro y de bajo perfil de Eric que conducía hoy. La colisión causó bastante daño.

Por el contrario, su Jeep Grand Cherokee no resultó dañado en lo más mínimo.

Sin embargo, Nathaniel no había descubierto cómo chocaron exactamente en primer lugar.

En este escenario, Nathaniel parecía la parte culpable...

Por lo general, este tipo de problema podría resolverse con algo de dinero, pero como la otra parte era Eric Ferguson, esto no sería una tarea fácil.

Los ojos oscuros de Eric miraron a Nathaniel. Dijo con un escalofrío convincente en su voz: “¿Deberíamos seguir los procedimientos o resolver esto en privado?”.

Nathaniel frunció los labios. ‘¿Tengo siquiera una opción?’.

“P-Procedimientos…”.

La mirada de Eric era indiferente mientras sacaba su teléfono. “Entonces llamaré a tu padre”.

La expresión de Nathaniel se puso rígida. Rápidamente detuvo a Eric. “¡No lo hagas! ¡Tío Eric, arreglemos esto en privado!”.

Eric guardó su teléfono y le tiró las llaves a Nathaniel.

"Ve a arreglarlo ahora".

“¿Ahora?”.

Nathaniel sostenía las llaves y no sabía si ir o quedarse.

Nicole todavía estaba sentada en su coche esperando para ir al cine más tarde...

Al ver la indecisión de Nathaniel, la cara de Eric se puso fría.

“¿Todavía no te vas?”.

Nathaniel no se atrevía a demorarse. ‘¡Me disculparé con Nikki más tarde!’.

Nicole miró esta escena confundida. ‘¿Por qué Nathaniel corre hacia el coche de Eric?’.

En este momento, Eric se arregló la camisa y se dirigió al asiento del conductor junto a Nicole.

Nicole lo miró y dijo en tono frío: “Señor Ferguson, ¿te subiste al coche equivocado?”.

El rostro de Eric era suave y había escondido muy bien la ira de antes.

Las esquinas de sus ojos tenían un toque de ternura. Su voz también era magnética, melosa y seductora.

“No, él insistió en arreglar mi coche y me pidió que te acompañara. ¿No querías ir al cine?”.

Con eso, Eric encendió el motor del coche y se dirigió hacia el cine más grande como si no pasara nada entre ellos.