La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 333

La puerta principal de la Mansión Stanton.

Keith Ludwig estaba en el coche cuando llamó a Nicole.

Nicole sonaba como si ya estuviera durmiendo porque contestó con impaciencia.

"¿Quién habla?".

Keith frunció los labios y respondió: “Soy yo, Keith Ludwig. Eh... Ferg tomó demasiados tragos y está justo afuera de tu casa. ¿Puedes salir un segundo para que él pueda decir lo que quiera?”.

Pasó algunos segundos de silencio en el teléfono. Nicole parecía haberse despertado.

La voz de ella era tranquila y profunda. "¡Puedes llevártelo y lárgate de mi casa!".

Keith se quedó sin palabras por un momento.

Él se esforzó. “Pero ya estamos aquí… Si no sales, solo lo dejaré en la puerta. ¡Eres responsable si él se muere de frío!”.

Después de eso, él colgó el teléfono y se dio una palmada en el pecho.

¡Hablar con Nicole ahora necesitaba mucho valor!

Keith arrastró a Eric fuera del coche y lo sentó en la puerta. Era un lugar extremadamente ineludible, justo en el centro.

Él estaba un poco indeciso. “Ferg, estoy haciendo esto por ti, ¿de acuerdo? ¡No puedes vengarte de mí después!”.

Después de todo, Eric pidió venir aquí él mismo.

Keith luego se fue rápidamente en su coche después de acomodar a Eric.

Nicole se tomó un momento para asimilar las palabras de Keith. Ella inmediatamente corrió al balcón para revisar y vio que un coche se alejaba.

Ella maldijo con fuerza. '¡¿Acaso esta gente está mal de la cabeza?!'.

El padre de ella y sus hermanos estaban dormidos, así que Nicole se puso las pantuflas y bajó las escaleras en silencio.

Cuando ella salió, vio a Eric sentado allí, con un aspecto desaliñado y deprimido.

Nicole se paró en silencio frente a él y lo miró con indiferencia. Su voz era clara y fría.

"Eric Ferguson, ¿eres adicto a la actuación ahora?".

Eric levantó la mirada, y sus ojos estaban completamente enrojecidos. Él apestaba a alcohol.

Nicole se sorprendió un poco al verlo así.

Con los ojos enrojecidos, él dijo: "Lo siento, Nicole... Si me das otra oportunidad, definitivamente me acordaré de ti…”.

El corazón de Nicole se agitó ligeramente como si hubiera sufrido una descarga eléctrica, pero al instante se enfrió.