La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 340

Eric levantó las cejas. “Yo también voy a buscar por aquí”.

Él fingió abrir un gabinete. Nicole lo fulminó con la mirada, lo ignoró y siguió buscando entre las cosas.

Por el rabillo del ojo, Eric vio una pequeña y discreta caja encima del gabinete.

Nicole se puso de puntillas y estaba a punto de alcanzarla.

Justo antes de que pudiera agarrarla, la caja cayó.

Era demasiado tarde para esquivarla. Nicole vio que estaba a punto de estrellarse contra su frente y cerró los ojos con fuerza. Su corazón se hundió.

‘¡Puaj! ¡Qué mala suerte!’.

Sin embargo, el dolor esperado no sucedió. En cambio, una mano grande y ligeramente fría con un leve aroma a colonia le cubría la cabeza y le tapaba los ojos.

Nicole pudo sentir el ruido sordo de la caja al caer y golpear el dorso de la mano de Eric, pero éste no se inmutó.

En ese momento, el corazón de ella se sentía como si hubiera sido golpeado por esa caja y se agitó ligeramente.

Eric retiró la mano. Su voz era magnética y melosa.

“Por suerte no te golpeó…”.

Él le entregó la caja que tenía en la mano. “No creo que la escondan en un lugar tan obvio. ¿Quieres echarle un vistazo?”.

Nicole la miró y retiró débilmente la mirada. Abrió la caja y, efectivamente, estaba vacía.

No estaba tan decepcionada y tiró despreocupadamente la caja en la mesa de al lado, luego siguió mirando a su alrededor.

Nicole no le dio las gracias a Eric y actuó como si el pequeño episodio de hace un momento no hubiera pasado.

Sin embargo, cuando Eric continuó siguiéndola, ella no volvió a reprenderlo.

El segundo piso era algo lúgubre, pero la luz del exterior a través de las ventanas rotas era suficiente para iluminar el cuerpo de Nicole.

Sus ojos se mostraban claros. La curvatura de su perfil lateral era suave, y sus labios rojos eran vibrantes. Solo su perfil lateral era suficiente para sorprender a la multitud. Era el tipo de belleza sin esfuerzo que tenía una existencia no despreciable cuando ella estaba allí, a diferencia de otras que necesitaban ser dramáticas para hacer notar su presencia.

Ella transmitía una realeza innata que no se podía ocultar.

Cuanto más uno la miraba, más hermosa se veía.

Nicole, quien llevaba la delantera, podía notar la mirada ardiente por detrás. Cada vez que ella se daba la vuelta para mirarlo, resultaba que él miraba hacia abajo en busca de algo.

Su mirada seria era realmente extraña.

La cámara también la apuntaba de vez en cuando, ¡lo que era realmente molesto!

Nicole se paseó por el segundo piso y no encontró nada.