A série La Heredera Divorciada Billonaria, de Internet, é um romance de amor chinês totalmente atualizado em booktrk.com. Leia Capítulo 492 Hazla feliz e os capítulos seguintes do romance La Heredera Divorciada Billonaria aqui.
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Pesquisas relacionadas:
Eric estaba aterrorizado.
Tenía miedo de perder a Nicole para siempre.
Eric se dijo a sí mismo que no debía enfadarse. No importaba si Nicole eligiera a Clayton.
Tenía un millón de maneras para que ella se quedara en su vida para siempre.
Nicole se quedó sin palabras y lo apartó. Su fuerza era mucho mayor que la de Eric, quien fingía estar enfermo. Ella hizo una mueca y dijo: “Entonces puedes quedarte tranquilo al estar enfermo. El doctor estará aquí pronto”.
Después de decir esto, ella se dio la vuelta.
Cuando bajó las escaleras, se encontró con Toto y el doctor, quienes entraban uno tras otro, luciendo sombríos y poco ansiosos.
Si Nicole no se hubiera dado cuenta de antemano de que Eric fingía estar enfermo, tal vez no entendería lo que estaba pasando.
Luca los seguía con rostro serio mientras los presionaba.
Al ver que Nicole bajaba, Toto se apresuró a saludarla.
“Señorita Stanton, ¿qué quiere buscar? Iré a buscarlo por usted. No es necesario que baje personalmente”.
Ella debía pasar más tiempo con Eric.
Nicole le dirigió una fría mirada perdida.
No contestó y miró a Luca. “Vámonos”.
“Sí, Señorita”.
Toto se quedó perplejo por un segundo. Entonces vio a Eric tratando de alcanzar a Nicole. Bajaba las escaleras con mucha prisa y sin su bastón. Comprendió la situación en un instante.
‘¡El Señor Ferguson lo escondió tan bien! ¡Ni siquiera sabía cuándo se había recuperado su pierna!’.
Sin embargo, Eric no se dio cuenta de su irregularidad.
Nicole y Luca estaban adelantados y salieron de Jardines Imperiales.
Eric se quedó de pie con la mirada perdida. Cuando levantó la mirada para ver a Toto y al doctor, sus ojos estaban tranquilos.
“Ella está molesta”.
Toto pensó: ‘¡Sería raro que no estuviera molesta!’.
El doctor estaba confundido. “Señor Ferguson, ¿aún tengo que…?”.
Eric le dirigió una mirada. “No es necesario”.
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