La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 69

Eric Ferguson sintió que su corazón se encogía y sus ojos se oscurecían. No sabía nada de Nicole. Tampoco sabía que ella podía tocar tan bien el violín, ni que fumaba.

“Nunca fumé delante de ti porque tenía miedo de que no te gustara, así que, por supuesto, nunca tuviste la oportunidad de presenciarlo”.

Cada vez que Nicole donaba sangre, se sentía muy débil. Eric acompañaba a Wendy Quade, y la única compañía de Nicole eran los cigarrillos. Nicole fue especialmente adicta al tabaco durante esos duros días.

Las comisuras de los labios de Nicole se curvaron, pero sus ojos mostraban una ligera tristeza. Luego de un momento, volvió a ser la misma de siempre.

Ella miró los ojos caídos de Eric y sonrió de manera juguetona.

“¿Quieres saber mis condiciones?”.

Sin esperar su respuesta, Nicole fue directamente al grano.

“Que Wendy Quade me dé la cantidad de sangre que le he donado. No tiene que ser de una sola vez. Por lo que tendrá un año para pagarme”.

La cabeza de Eric se levantó de golpe. “¿Qué?”.

Nicole se rio. “Lo he pensado. Mi sangre es muy valiosa, así que debería usarla para salvar a la gente que realmente vale la pena salvar, en lugar de desperdiciarla en esa cruel mujer. Fui tan estúpida antes, pero aún no es demasiado tarde para despertar de mi delirio. Quiero mi sangre de vuelta. A cambio, te daré la pipa, y así no nos deberemos más nada”.

Wendy Quade solo quería molestar a Nicole, así que de vez en cuando fingía estar enferma o herida y le pedía a Nicole que le transfiriera sangre. Nicole lo sabía todo, pero Eric nunca se dio cuenta. En el pasado, Nicole se sentía agraviada al respecto, pero ahora todo parecía irrelevante.

Cuando Wendy le devolviera la sangre, Nicole podría trazar una línea clara con el pasado y podría finalmente sentirse completa de nuevo.

‘Wendy Quade volverá pronto, ¿no? ¡Quiero molestar a esa mujer! ¿Qué decidirá él? ¿Su reliquia familiar o Wendy Quade?'. Nicole estaba esperando la respuesta de Eric.

Ella sonrió tranquilamente y tiró la colilla del cigarrillo en el cenicero que tenía frente a ella, luego se levantó y salió de la habitación con su bolso.

“No hace falta que me des una respuesta ahora. Piénsalo”.