La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 728

Julie hizo una pausa e interrumpió a Nicole.

“Pequeña N, no te mentiré. Todavía siento algo por Kai, pero… Ese tipo de sentimiento es como estar al borde de un acantilado con un cuchillo colgando sobre mi cabeza. Es tan incierto y aterrador. No puedo soportar otra pérdida como esa, así que prefiero no pasar por eso de nuevo”.

Este tipo de relación era diferente a su relación con Roman.

Julie siempre fue indiferente y cautelosa con Roman. Siempre supo que su relación llegaría a su fin, pero con Kai, su corazón se conmovió.

Nicole se quedó en silencio por un momento. Sonrió y asintió.

Para Julie su pareja era lo más importante ya que serían su única familia.

Sin embargo, ¿quién podía garantizar que el coqueto y amoroso Kai siempre le daría a Julie tanta pasión y amor?

Las personas que no tenían el más mínimo sentido de seguridad no confiarían fácilmente y entregarían su corazón.

Julie no quería ser abandonada una vez más.

Nicole respiró hondo. En ese momento, la puerta del elevador se abrió.

Salieron.

“Pase lo que pase, siempre estaré de tu lado, Jules. Solo sigue tu corazón”.

No había necesidad de dejarse engatusar por las palabras o los sentimientos de nadie.

Julie asintió. Las dos chicas compartieron miradas y sonrieron.

Poco después, la sonrisa de Julie se endureció.

“¿Señor Ferguson?”.

Eric estaba parado con un aura fría y reservada. Era alto y realmente llamaba demasiado la atención entre la multitud.

Nicole miró hacia atrás.

Eric la miraba con una sonrisa mientras se acercaba. “¡Qué casualidad!”.

‘¿Casualidad? ¡Ja, si claro!’, pensó Nicole.

Tenían muchos amigos en común en el círculo, por lo que normalmente eran invitados a los mismos eventos.

Evitarlo intencionalmente solo atraería atención.

Nicole asintió y esbozó una sonrisa falsa. “Si que coincidencia…”.

Eric dijo con seriedad y solemnidad: “Debe ser el destino que sigamos encontrándonos”.

La sonrisa de Nicole se endureció.

“Somos amigos, o al menos conocidos. ¿No podemos charlar casualmente aunque no necesite un favor?”.

La costumbre de Keith de molestar y tratar a los demás con demasiada familiaridad no había cambiado ni un poco.

Nicole se rio.

“¡Claro que sí! Todavía tengo tus desnudos en mi teléfono. De vez en cuando los veo. Interesante, ¿no crees?”.

El rostro de Keith se puso rígido y se volvió sombrío. La emoción en sus ojos se disipó al instante. ‘¡M*erda, estoy jodido! No soy digno de hablar con Nicole… Ni siquiera estamos al mismo nivel’.

“Señorita Stanton, debes estar bromeando…”.

Él bajó la cabeza consternado, dudó varios segundos y se quedó allí. Se armó de valor y suplicó.

“Señorita Stanton, ¿puedes hablar bien de mí delante de Livia? Me siento verdaderamente arrepentido…”.

Nicole tomó un sorbo de su vino tinto, mostrándose indiferente y elegante. Su temperamento era extremadamente tranquilo.

Ella preguntó: “¿Crees que sea posible?”.

Keith sacudió inconscientemente la cabeza.

Nicole se rio. ‘Claramente sabe la respuesta. Supongo que también le dieron una patada en la cabeza…’.