La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 819

Nicole se sobresaltó y miró más de cerca. ¡Era Keith Ludwig!

Cuando Livia lo vio, su rostro se ensombreció y su sonrisa desapareció por completo.

"¿Cómo entraste de nuevo?".

Keith frunció los labios. Justo cuando estaba a punto de traicionar a Nicole, ésta le lanzó una mirada feroz.

Él volteó la cabeza hacia otro lado. "Me escabullí".

"¡No eres bienvenido aquí!".

Keith resopló con frialdad. "Tú eres la que no me da la bienvenida aquí, ¿verdad?".

"Es bueno que lo sepas".

Nicole se sentía un poco incómoda sentada allí. ¿Debería encontrar otro lugar para sentarse?

Rápida y calmadamente analizó su posición y decidió que era mejor irse primero.

Antes de que Nicole pudiera levantarse, Keith apretó los dientes y dijo: “¿Qué tiene de bueno ese chico lindo? Él no puede obtener un centavo de la fortuna de la familia Ferguson y solo está jugando contigo porque siente que eres algo refrescante…”.

¡Paf!

Livia no pudo evitar abofetear a Keith. Su mirada era extremadamente fría.

"¡Piérdete! ¡No necesito que te metas en mis asuntos!”.

La cara de Keith se puso roja por un rato. Él estaba tratando desesperadamente de reprimir sus emociones.

Apretó los dientes y estaba a punto de hablar cuando de repente escuchó la voz fría y burlona de Nathaniel.

Nathaniel le había estado prestando atención a Livia. En cuanto vio a Keith con ella, dejó todo y corrió hacia ella.

¡Ese Keith insidioso estaba aquí de nuevo!

"Señor Ludwig, esta es la primera vez que conozco a alguien tan testarudo. Tiene que haber un límite para molestar a alguien, ¿verdad?”.

Keith escuchó la voz de Nathaniel. Su rostro de repente se volvió azul y sus ojos sombríos.

“Estoy hablando con mi ex esposa. ¿Qué tiene que ver contigo?”.

Nathaniel sonrió. Sus ojos hermosos eran encantadores y seductores. Él era capaz de hacer enojar a Keith hasta la muerte.

Se acercó lentamente al lado de Livia y extendió su mano alrededor de los hombros de Livia. Su tono era ligeramente áspero. “Sé que no puedo compararme contigo, Señor Ludwig, pero mi amor por Livia nunca cambiará. Entiendo que estés enojado conmigo, pero no te enojes con Livia. No quiero que ambos entren en un conflicto por mi culpa”.

La atmósfera se tensó por un momento.

Nicole no podía evitar mirar con los ojos muy abiertos.

¡Dios mío!

Si ella no lo hubiera visto con sus propios ojos, habría pensado que se trataba de una actuación.

La forma en que Nathaniel hablaba sonaba de alguna manera como si fuera un amante.

Era tan falso.

Keith casi se atraganta ante las palabras de Nathaniel.

Su par de ojos agudos era frígido. Él parecía querer cortar en pedazos a Nathaniel.

Nicole estaba sentada a cierta distancia y podía sentir el frío mortal en todo el cuerpo de Keith.