La Heredera Revelada: El Camino del Poder romance Capítulo 124

La Mónica de hoy, sin duda, no era la misma de siempre.

Ya no tenía esa actitud arrogante de otros días, ni estaba cubierta de joyas brillantes. En cambio, vestía de manera sencilla, hasta podría decirse que un poco desgastada.

Aurora se reía para sí misma, parecía que Mónica estaba asustada por lo que había pasado en internet.

Sin decir una palabra, Aurora se dirigió al lugar frente a Mónica y se dejó caer con una postura relajada y despreocupada, como si solo hubiese venido a una reunión casual, y no a enfrentar a una enemiga que siempre le había hecho la vida imposible.

El mesero se acercó y les preguntó qué deseaban ordenar.

Aurora le pasó el menú a Mónica, indicándole que ella pidiera primero.

Mónica no tenía cabeza para pensar en comida, lo único que rondaba su mente era cómo rogarle a Aurora que perdonara a la familia Narváez.

Forzó una sonrisa y declinó con cortesía: —Mejor tú pide, para mí está bien cualquier cosa.

Aurora no se hizo de rogar, eligió un par de platillos y dos bebidas, luego le indicó al mesero que podían retirarse.

Una vez que el mesero se fue, Aurora levantó la mirada hacia Mónica.

—¿Qué pasa? ¿Para qué querías verme?

Mónica mordió su labio, tratando de esbozar una sonrisa, su voz sonaba un tanto forzada y complaciente.

—Aurora, lo que pasó antes fue culpa mía, no debí publicar esos mensajes en internet... ¿Me podrías perdonar esta vez?

Aurora arqueó una ceja, una ligera sonrisa burlona se dibujó en sus labios, sus ojos observaban a Mónica con interés, como si disfrutara del espectáculo.

¿Perdonar?

Esas palabras saliendo de la boca de Mónica eran un chiste.

Cuando Mónica publicó esos mensajes, ¿acaso pensó en este momento?

—En cuanto a la quiebra de la familia Narváez... eso es culpa suya, no tiene nada que ver conmigo. ¿Por qué debería ayudarlos? ¿Para que sigan haciendo de las suyas?

Mónica quedó sin palabras ante la respuesta de Aurora, su rostro se tornó de varios colores.

Sabía que Aurora era difícil, pero no esperaba que fuera tan despiadada.

¿De verdad iba a quedarse de brazos cruzados viendo cómo la familia Narváez se desplomaba?

No, no podía aceptar eso.

Con esa idea en mente, Mónica decidió ir a por todas.

—Aurora, no creas que por tener a señor Dante a tu lado puedes hacer lo que quieras. No olvides que tú también saliste de la familia Narváez. Si la familia Narváez cae, a ti tampoco te conviene.

Si haces lo que te digo, quizás los internautas lo crean. Al final, sería mejor para ambas, ¿no crees?