La Heredera Revelada: El Camino del Poder romance Capítulo 126

Estas personas...

¿Por qué no siguen el guion?

Aurora observaba la escena con interés, una ligera sonrisa se dibujaba en sus labios mientras un destello de diversión relucía en sus ojos.

La verdad, la gente siempre tiene un instinto agudo.

La actuación torpe de Mónica solo podría engañarse a sí misma.

—¿Ustedes... qué saben?

Mónica intentaba defenderse con desesperación, pero su voz se volvía aguda por la ansiedad.

—¡Las cosas no son como las ven! ¡Soy una víctima de todo esto!

—¿Víctima?

El anciano que había hablado antes soltó una carcajada, esta vez con más fuerza.

—Ya está por todas partes en internet, y la Academia Sócrates de Altas Artes también lo ha publicado. Las pruebas son claras, ¿y dices que eres una víctima? Lo que pasa es que estás como el avestruz con la cabeza en la arena.

—¡Sí, deja de hacer el ridículo aquí!

Alguien más se burló sin piedad.

Cada acusación era como una daga afilada clavándose en el corazón de Mónica.

Sentía que todas las miradas a su alrededor estaban llenas de desprecio y aversión, como si de repente se hubiera convertido en alguien a quien todos querían evitar.

La mente de Mónica se quedó en blanco.

Todos sus planes, sus cálculos, se hicieron añicos en ese instante.

Pensó que si se mostraba humilde y se hacía la víctima, alguien se apiadaría de ella.

Pero la realidad le dio una bofetada contundente.

Sus pequeñas artimañas no tenían ningún peso frente a la verdad.

Aurora miró el rostro pálido como papel de Mónica, sabiendo que ya estaba completamente derrotada.

Mónica levantó la cabeza de repente, mirando a Aurora con un odio profundo.

¡Todo esto era culpa de Aurora!

—¡Aurora! ¿De qué te ríes? ¿Crees que has ganado?

La voz de Mónica temblaba de ira.

—Aunque yo, Mónica, esté en desgracia, ¡no creas que te saldrás con la tuya! Algún día te haré pagar por esto.

Dicho esto, Mónica no pudo soportar más las miradas llenas de desprecio a su alrededor. Se levantó de golpe y salió corriendo del restaurante, tambaleándose.

¿Por qué todos estaban del lado de Aurora?

¿Acaso ella y la familia Narváez realmente estaban condenadas?

Cuanto más pensaba Mónica, más se llenaba de furia y frustración.

Apretó los puños con fuerza, tan fuerte que sus uñas se clavaron en su piel, pero no sentía el dolor.

El odio en su corazón había crecido como maleza descontrolada, consumiendo por completo su razón.

¡Aurora!

¡Aurora!

Mónica juró en su interior que algún día haría que Aurora pagara.

Estaba decidida a hacer que Aurora se arrepintiera de haber nacido.

Mónica gritaba en silencio, sus ojos llenos de rencor y odio.

El odio la había cegado por completo, incapaz de ver el camino frente a ella, incapaz de ver su propio futuro.

Solo sabía que quería vengarse.

Quería que Aurora también supiera lo que se siente ser pisoteada y despreciada.