La Heredera Revelada: El Camino del Poder romance Capítulo 15

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Aurora observó la expresión de Fidel y no pudo evitar que le pareciera interesante. Con una sonrisa curiosa, preguntó con preocupación:

—Papá, ¿qué le pasa?

Fidel no esperaba ese giro en el diálogo y casi se atraganta con la comida. Con voz un poco grave, respondió:

—Cof, cof... Hija, es que somos pobres. Es culpa de tu padre... no he sido útil y te he hecho sufrir.

Lo dijo con un tono un tanto forzado, como si su boca y su mente no estuvieran en sintonía.

Paloma, en su interior, sentía que un grito desesperado quería salir. ¡Su esposo no sabía ni actuar!

¡Qué actuación tan falsa!

Ya había sospechado que estaban actuando, pero no imaginó que el resultado del 'curso exprés' sería tan patético.

Aurora, sin embargo, mantuvo la compostura y sacudió la cabeza con ternura:

—Papá, el solo hecho de poder verlos a ustedes de nuevo, a ti, mamá, y a mis hermanos, ya me hace sentir muy afortunada. La casa... sí, está un poco en apuros, pero creo que nuestra familia saldrá adelante.

—¡Jeje, sí, claro! —Simón rio incómodo, sintiéndose entre aliviado y culpable.

—Por cierto, hermanita, ¿tú estudiaste medicina, verdad? Vi que los doctores del Hospital San Rafael del Cielo te respetan mucho —dijo Simón mientras se sentaba, pensando seriamente en el tema del hospital.

Al principio, creyó que el director del hospital la trataba bien por él, dado que la familia Lobos tenía cierto prestigio. Pero, al pensarlo más, notó algo extraño. ¿Era su hermana quien realmente se había ganado ese respeto?

Aurora tomó un par de hojas de lechuga y asintió:

—Sí, así es.

No planeaba ocultar que había estudiado medicina. Al fin y al cabo, en la familia Narváez también trabajaba en un hospital, aunque nunca les interesó saber el puesto que ocupaba.

—El Hospital San Rafael del Cielo te invitó a operar, ¿entonces puedes realizar cirugías?

—Sí, puedo operar en la ciudad, aunque no soy una doctora contratada oficialmente por el hospital.

—¡Nuestra Auri es cirujana! ¡Qué orgullo! Finalmente tenemos a alguien con una profesión respetable en la familia. ¡Qué alegría! —exclamó emocionada Paloma, aplaudiendo.

Simón no pudo evitar que se le escapara una mueca.