La Heredera Revelada: El Camino del Poder romance Capítulo 79

Todo esto se siente como una película de ciencia ficción...

Aurora tiró del freno de mano y miró hacia atrás a las dos personas que seguían con cara de confusión.

—Gracias por el aventón, señor Olivera. Tengo algo urgente que hacer, nos vemos en otra ocasión.

Dicho esto, saltó del carro y corrió hacia el área de hospitalización, sin perder ni un segundo.

—Señor Dante, ¿se acuerda del camino que tomamos recién? —preguntó Marcelo, rascándose la cabeza mientras observaba la puerta trasera del hospital, por donde Aurora ya había desaparecido.

Dante aún pensaba en las palabras de Aurora: "Nos vemos en otra ocasión". Una leve sonrisa se dibujó en sus labios, pero su expresión se tornó seria nuevamente.

—¿Quién está en el Hospital General Santa Clara?

—No tengo idea.

Dante lo miró con un tono sombrío.

—¿Esperas que yo lo averigüe y luego te lo diga?

El frío que emanaba de Dante hizo que Marcelo sintiera un escalofrío.

—¡Voy a averiguarlo de inmediato!

La sala de operaciones del Hospital General Santa Clara estaba en el tercer piso del área de hospitalización. Aurora no fue al cuarto de Román, sino que se dirigió directamente a la sala de operaciones.

Apenas salió del ascensor, vio a más de una decena de médicos corriendo de un lado a otro, gritando que el paciente tenía una hemorragia grave y preguntando si ya habían sacado el plasma de la sangre del banco.

Al ver la situación, el corazón tranquilo de Aurora comenzó a acelerarse.

Desde lejos, divisó a la familia Lobos reunida frente a la puerta de la sala de operaciones. Paloma aún llevaba una bata de terciopelo rojo, lo que indicaba que estaba en casa descansando cuando recibió la noticia y no tuvo tiempo de cambiarse.

Fidel, siempre con su traje impecable y su actitud seria, ahora tenía el rostro lleno de preocupación y sus ojos reflejaban la angustia.

Carolina lloraba incontrolablemente, presionando al médico que estaba rodeado y claramente agobiado por la situación.

—¿Román no estaba bien esta tarde? ¿Por qué de repente está así? ¡Dime algo!

Tal vez esta vez también habría un milagro.

Sin esperar a que Aurora preguntara, el médico comenzó a hablar.

—El paciente recibió una gran dosis de indometacina hace una hora y media. Este medicamento...

—Este medicamento, cuando se combina con flurbiprofeno, puede causar desde úlceras gastrointestinales hasta daño interno con sangrado severo —completó Aurora, sus ojos fríos clavándose en el médico con una voz firme—. Espero que antes de que salga de la sala de operaciones, el hospital haya investigado por qué la indometacina estaba en el tratamiento de Román.

El médico, intimidado por la mirada gélida de Aurora, asintió torpemente y luego le ayudó a ponerse el uniforme quirúrgico.

La puerta de la sala de operaciones se abrió.

Aurora, con el uniforme limpio, entró con paso decidido ante la mirada esperanzada de todos.

—Hermana ha llegado, todo estará bien —dijo Simón, parado frente a la puerta cerrada de la sala de operaciones, con el corazón latiendo con fuerza.

Parecía estar hablando consigo mismo, pero también con Román, que luchaba por su vida en la mesa de operaciones.