La Heredera Revelada: El Camino del Poder romance Capítulo 96

Aurora miró el mensaje y sintió una mezcla de resignación y sorpresa. ¿Por qué Dante estaba tan pendiente de ella? ¿Acaso así era la relación típica entre parejas comprometidas?

Observando la pantalla de su celular, Aurora reflexionó un momento antes de responder: [Aún no]

Dante escribió: [He pedido a Marcelo que te lleve el desayuno]

Aurora respondió: [No te preocupes, Carolina ya fue a comprar]

Dante insistió: [Está bien, entonces pasaré más tarde a ver al señor Román]

Aurora suspiró internamente. ¿Cómo no había notado antes lo atento que era Dante?

Dejó el celular a un lado y se acercó a la cama del hospital. Román seguía dormido, pero su semblante lucía un poco mejor que el día anterior. Tocó suavemente su frente y comprobó que su temperatura era normal.

La puerta de la habitación se abrió y Carolina entró con dos desayunos en la mano.

—Hermana, come algo primero —dijo Carolina, ofreciéndole uno.

Aurora aceptó el desayuno y se sentó en una silla junto a la ventana. Carolina dejó la otra bandeja en la mesita de noche, esperando a que Román despertara.

—Carolina, ¿pudiste descansar bien anoche? —preguntó Aurora.

—Más o menos —respondió Carolina con una sonrisa—. Me preocupaba tu hermano Román y no dormí muy tranquila.

Aurora asintió mientras continuaba comiendo. Carolina la observaba, claramente con algo en mente.

—¿Quieres decirme algo, Carolina? —preguntó Aurora al notar la mirada persistente de su hermana.

Carolina, al verse descubierta, sonrió con un poco de vergüenza antes de hablar.

—Hermana, ayer... ¿volviste sola? Recuerdo que el señor Dante dijo que regresaría a buscarte.

—Sí, él me trajo de regreso —respondió Aurora, añadiendo tras una pausa—: Nos encontramos en el camino.

—Sabes, hermana, creo que el señor Dante siente algo especial por ti —dijo Carolina suavemente—. Aunque tiene problemas para caminar, es una buena persona.

Aurora dejó su plato y comentó:

—Carolina, solo estamos intentando conocernos.

—Entiendo —Carolina asintió con una sonrisa—. Pero, hermana, a veces el destino es curioso, y quién sabe...

Antes de que pudiera terminar, un suave sonido provino de la cama. Román estaba despertando.

—¡Román! —Carolina se acercó rápidamente.