— ¿Qué acaso no digo la verdad?, castigaste a ese hombre cortándole la mano por tocarme contra mi voluntad ¿y tú? ¿Qué fue lo que hiciste anoche? Eres igual de cerdo que ese hombre.
— ¡¡¡Basta!!! Entiende, no saldrás de aquí depende de ti si es una cárcel o un lugar agradable. ¡¡No trates de escapar otra vez o se me acabará la paciencia entendiste!!
Los ojos de Bastien estaban oscuros mientras le hablaba duro a Kate, ella se asustó y guardó silencio mientras él seguía poniendo suavemente la compresa fría en su cara, Kate no se había dado cuenta lo cerca que estaba, su loción había cambiado ahora era mas suave, ya no tenía olor a alcohol, solo a cigarrillos, Bastien se alejó y buscó en unos cajones, tomó unas tabletas y un vaso de agua.
— Toma esto te ayudará con la hinchazón de la cara.
— ¡No tomaré nada que venga de ti! — escupió.
— Si quisiera drogarte o matarte ya lo hubiera hecho, tómatelo, o quieres que te lo de a la fuerza, abre la boca.
— ¡No!
— Abre la boca
— ¡No!
Bastien la tomó de la mejilla apretando y puso la píldora en su boca, Kate la escupió, Bastien tomó otra píldora tomó agua y volvió a apretar su mejilla puso la píldora en su boca y presionó sus labios con los suyos traspasando el agua, Kate tuvo que tragar pero Bastien seguía besándola, sus labios eran suaves y cálidos, su mano dejó su mejilla y se posó en su nuca, la besaba con hambre, Kate por un momento se dejó llevar pero reaccionó y mordió su labio.
— ¡¡¡Aaaaahh!!! Me mordiste
— ¡¡¡Y tú me besaste a la fuerza!!!
— Cada vez que no me hagas caso, ya sea comiendo, o tomando alguna medicina te haré lo mismo, así que si veo que no me obedeces pensaré que quieres que te bese.
— Ya quisieras, jamás querré un beso de alguien tan cerdo como tú, que se vale de su fuerza para obligar a una mujer a tener sexo con él, que pasa, ¿no te alcanza la plata para contratar putas? O ¿tienes un fetiche con las vírgenes?, ¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿por qué estoy aquí???!!!!!!
— No te lo diré, sólo debes saber que si sales, algo peor que yo te capturará, así que olvídate que te dejaré salir, se una buena chica y obedece
— Yo jamás obedezco a nadie, menos a un hombre, y menos si es un cerdo como tú.
— ¡¡¡Basta!!!
Bastien la tomó sobre sus hombros le dio una nalgada mientras la llevaba escalera arriba como un saco de papas.
— ¡¡¡Suéltame!!! ¡¡¡Quién te crees, bájame!!!
— Te trataré como una niña malcriada hasta que aprendas a comportarte bien.
— Yo no soy una niña
— ¡¡¡¡No lo parece!!!! – Bastien llegó a la habitación y la tiró a la cama, Kate pensó que abusaría de ella una vez más y se arrinconó contra el respaldar — te quedarás aquí, a las 8 bajarás a cenar conmigo
— ¡No! ¡¡No comeré con alguien como tú!!
— ¡¡¡Por qué tienes que ser tan difícil por la M I E R D A!!! Obedéceme, baja y cena conmigo no me hagas subir a buscarte
— ¡¡No bajaré!!
— Bueno, entonces vendré por ti y después de darte una buenas nalgadas te llevaré en mis hombros tal como te subí, tú decides, bajas tú o subo yo. — Los ojos de Kate se abrieron de par en par –
— No te atreverías
— O si que lo haría, tú decides – Bastien se dio la media vuelta pegando un portazo cerrando su habitación –
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La protegida de Bastien