Entrar Via

La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 167

Después de comer, Benjamín se levantó y salió del comedor.

Petra, sin perder el ritmo, recogió en silencio su improvisado “escritorio” y volvió a sumergirse en sus tareas.

Benjamín se acomodó en su silla de oficina, atento al sonido de hojas al otro lado del biombo. Alzó la mirada y, aunque la pantalla divisoria le bloqueaba parte de la vista, a través de los detalles calados del relieve podía ver a Petra revisando los documentos con suma concentración.

—Acabas de almorzar, puedes tomarte un descanso. No hay necesidad de matarte trabajando así. En Grupo Hurtado no explotamos a los empleados —dijo Benjamín, con voz grave y pausada.

Petra estaba tan enfocada en su revisión que ni siquiera escuchó su comentario.

Benjamín frunció el ceño, tomó su celular y abrió el juego para enviarle una invitación.

Petra notó cómo su pantalla se iluminaba. Dejó los papeles a un lado, tomó el celular y vio la invitación de Benjamín. Se quedó un momento atónita.

Levantó la mirada hacia Benjamín.

Él también la estaba mirando. Sus ojos se encontraron y la voz firme del hombre sonó como una orden imposible de rechazar.

—Entra al juego.

Petra miró la montaña de documentos sobre su escritorio y murmuró:

—Señor Benjamín, ¿no cree que no es apropiado jugar en horario laboral?

Benjamín le lanzó una mirada rápida.

—¿En qué empresa no hay hora de descanso para comer? Anda, entra.

Petra soltó un tímido “ok”, sin más remedio que abrir la invitación y acceder a la pantalla del juego.

Apenas se había preparado, Benjamín ya había iniciado la partida.

Hacía años que Petra no jugaba ese juego y sus habilidades estaban oxidadas; por suerte, su nivel era mucho más bajo que el de Benjamín, así que los rivales que les tocaban tampoco eran gran cosa.

El problema era que, aunque sus rivales eran novatos, Benjamín tenía un perfil con insignias de jugador VIP, así que enseguida se volvía el blanco del equipo contrario.

Petra tenía que ir a ayudarlo cada vez que caía en problemas, y no fueron pocas veces que, al llegar a la batalla, el héroe de Benjamín era el primero en caer.

Cada vez que Benjamín intentaba salir a limpiar la línea y conseguir algo de oro, el jungla enemigo lo emboscaba sin piedad.

Los compañeros de equipo, hartos, comenzaron a pedir rendición, pero siempre había dos que se negaban.

Petra miró a Benjamín de reojo; él fruncía el ceño, completamente enfocado en la pantalla, como si en ese momento el resto del mundo no existiera.

Pensó para sí: “Este tipo sí que ama este juego”.

—Toma mi jungla —le dijo Petra.

Miró sus estadísticas y vio que, en realidad, no iba tan mal frente al jungla enemigo, así que le cedió sus recursos a Benjamín y se dedicó a cazar al jungla rival.

Se infiltró en el territorio enemigo, eliminó al jungla rival dos veces y, aprovechando el chat global, empezó a provocar:

[¿Eso es todo? Con menos recursos te elimino sin problemas.]

[Uy, tu técnica no tiene nada de especial. Mejor búscate un trabajo de verdad.]

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda