Leo captó con absoluta claridad ese destello cortante en los ojos de Petra.
Mientras todos daban por hecho que Petra jamás dejaría a Joaquín, solo él sabía la verdad: Petra nunca se quedaría atrapada en el pantano de un amor podrido. No, ella jamás se arrastraría por algo así.
—Está bien, señorita Calvo. Entonces, me retiro a continuar con mis pendientes.
Leo agradeció en silencio la decisión que tomó a último minuto. Había apostado por Petra y, ahora más que nunca, sabía que no se había equivocado ni de persona ni de camino.
Antes de terminar su jornada, Petra respaldó los contratos que lamentaba perder.
Al salir de la oficina, alcanzó a ver a Leo y Leandro ocupados en la zona de al lado. Toda la tarde se la había pasado encerrada, sin que Joaquín apareciera a molestar, así que Leandro, por iniciativa propia, le echó la mano a Leo con el trabajo.
—Hora de irnos —anunció Petra.
Todavía no era el momento perfecto para destronar a Joaquín de Nexus Dynamics. Por eso, no había necesidad de matarse trabajando. Tenían que recargar pilas y, sobre todo, dejarle a Joaquín la impresión de que ella ya ni ganas tenía de luchar. Ese era su plan por ahora.
—Como diga, señorita Calvo —respondió Leo, captando el mensaje.
Dejó lo que hacía, tomó su portafolios y, junto a Leandro y Petra, entró al elevador.
Bajaron un piso y el elevador se detuvo. Las puertas se abrieron.
Joaquín entró, acomodándose justo al lado de Petra.
En cuanto lo vio aparecer, Leandro se puso tenso, listo para cualquier cosa, sin quitarle la vista de encima.
Joaquín frunció el ceño, tratando de esconder su fastidio. Se obligó a que su voz sonara más amable, aunque por dentro le hervía la sangre.
—Petra, ¿tienes algún plan esta noche? ¿Quieres cenar conmigo?
Petra miró fijo hacia el frente, sin regalarle ni un vistazo.
—Haz fila, a ver si te toca.
Solo con tenerlo enfrente ya se le revolvía el estómago, ni pensarlo sentarse juntos a comer. No iba a permitir que él la incomodara más.
El gesto de Joaquín se endureció.
—Petra, por lo menos por...
Calló de golpe; seguramente recordó que Leo y Leandro estaban ahí y no podía rebajarse demasiado, no cuando todavía le importaba su imagen.
Lo más probable era que Petra solo estuviera jugando una partida, usando su infidelidad como carta para manipularlo.
Él conocía a Petra de sobra.
Sabía que no iba a pelear eternamente. Que regresara a Nexus Dynamics era la mejor prueba de eso.
...
Petra se topó con Renata junto a su carro. Ni se sorprendió, ya lo esperaba.
Leo, que tenía su carro en otra dirección y pensaba despedirse de Petra, volteó y vio a Renata. De inmediato, se puso alerta.
—Ahora mismo llamo a seguridad para que la saquen.
Petra asintió y agregó con voz serena:
—Ve a seguridad y revisa las cámaras. Quiero asegurarme de que no haya hecho nada a mi carro.
Su hermana ya estaba enferma; si a ella le pasaba algo más, era seguro que su hermana no lo soportaría.

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