Entrar Via

La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 433

Petra soltó un suspiro, buscando calmarse. Se obligó a ordenar la casa una vez más, limpiando cada rincón y asegurándose de recoger todo lo que había usado. No podía dejar ni una sola huella de su estancia. Solo cuando todo estuvo impecable, arrastró su maleta hasta la puerta y se marchó.

Por suerte, anoche había ido por su carro a Villas Loma Escondida y lo trajo de regreso, así que no necesitó molestar a Nico para que la llevara.

Pensando en Nico, Petra recordó de pronto el favor que le había pedido la noche anterior: que preguntara a Benjamín sobre el permiso.

Hace un rato, al hablar con Benjamín, la llamada terminó de manera tan brusca que se le pasó por completo el encargo de Nico.

Apenas subió a su carro, le marcó a Nico.

Aunque no tenían mucha confianza, Petra había notado en este tiempo que Nico siempre se mostraba amable y estaba pendiente de ella.

Nico respondió rápido. No la dejó hablar; enseguida le dijo:

—Señorita Petra, ¿va a salir? Ahorita mismo paso por usted.

—Nico, no hace falta, yo voy en mi carro al aeropuerto. Ya hablé con el señor Benjamín, solo que la llamada terminó de golpe y se me fue preguntarle por el permiso que me pediste.

—De todos modos, él anda con unos asuntos urgentes. No va a regresar pronto a Santa Lucía de los Altos, así que puedes organizarte como mejor te convenga —agregó Petra, sintiéndose un poco apenada.

Nico siempre había sido atento y, al final, se le olvidó el favor que le había pedido.

Nico soltó una risa leve y contestó con tranquilidad:

—No pasa nada, señorita Petra. Con que ya haya hablado con el señor está bien. Ese hombre parece duro, pero tiene buen corazón. Ustedes, los jóvenes, deberían buscar más el contacto, platicar más seguido.

La manera en que Nico lo dijo, hizo que Petra pensara que tal vez todo ese favor solo era un pretexto para que hablara con Benjamín.

Recordó las veces que Nico había intervenido en cosas que parecían no tener importancia, y no le pareció imposible.

Sintió un nudo en la garganta. Por más que quisiera, la distancia entre Benjamín y ella era abismal. Además, no tenía el valor de arriesgarlo todo.

Después de contarle a Nico que ese mismo día regresaba a San Miguel Antiguo, terminaron la llamada.

Federico la miró, tranquilo, sin perder la compostura. Se llevó el dedo índice a los labios e hizo un gesto pidiendo silencio.

Petra lo miró con desconfianza. Bajó la voz, pero sus palabras salieron llenas de enojo.

—Señor Simón, ¿qué hace escurriéndose en la habitación de mi hermana?

Después de haber pasado por la decepción con Joaquín, Petra no quería que Jimena terminara involucrada con alguien como Federico, un tipo que no hacía más que adornar las portadas de chismes, siempre rodeado de escándalos y fiestas.

Ese tipo de hombres, que antes de casarse ya andan en todos los titulares de farándula, después seguro no iban a cambiar.

Su hermana merecía algo mucho mejor; no pensaba dejar que se metiera con un tipo así.

Pero Federico, lejos de molestarse, soltó una sonrisa despreocupada.

—Tu hermana y yo ya somos adultos. Estando solos en una habitación, ¿qué piensas que podríamos estar haciendo?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda