Petra escuchó en silencio las palabras de Jimena.
Las condiciones que ofrecía la familia Núñez eran, la verdad, demasiado buenas. Si a ella le hubieran propuesto lo mismo, también habría considerado sacrificar algo tan poco importante como el matrimonio en su vida.
Petra se acercó más al lado de Jimena y hundió la cabeza en su regazo.
Jimena dejó escapar una sonrisa resignada y la abrazó, diciendo con voz tranquila:
—Federico me consiguió otro doctor. Pronto voy a empezar un nuevo tratamiento en Santa Brisa.
Petra levantó la cabeza de golpe al escuchar eso.
—¿El tratamiento con el doctor Andrés no sirvió de nada?
Petra siempre había estado al pendiente del estado de salud de su hermana, preguntando a su asistente, Alejandro, sobre los avances.
Alejandro le había dicho que el tratamiento iba bien y que, según los médicos, el mejor momento para tratar el cáncer de estómago en etapa temprana era dentro del primer mes.
En teoría, su hermana ya debería estar por terminar todo el proceso.
Pero al ver la preocupación en los ojos de Petra, Jimena le explicó con calma:
—El tratamiento de Andrés no es que no haya funcionado, solo que los resultados no son tan buenos como esperábamos.
En el fondo, sí, las células cancerosas habían disminuido.
Sin embargo, hacía poco Federico había contactado a un especialista muy reconocido del extranjero, quien revisó todos los estudios y reportes médicos de Jimena.
Aunque aquel experto no lo dijo de forma directa, Jimena logró captar entre líneas algunos detalles importantes.
Con lo disciplinada que había sido con el tratamiento, los resultados debían ser mejores.
Andrés, después de todo, pertenecía a la familia Aguirre.
Cuando Jimena organizó la fiesta de bienvenida para Petra, los rumores sobre Petra y Benjamín opacaron por completo la noticia del próximo compromiso entre Florencia y Benjamín.
La familia Aguirre siempre había querido una alianza con la familia Hurtado, así que probablemente esos rumores fueron esparcidos a propósito por los Aguirre.
La familia Calvo se metió en medio y desvió la atención de todos.
La familia Aguirre, por supuesto, guardaba cierto resentimiento.
Por eso, no podía descartar la posibilidad de que Andrés, por lealtad a los Aguirre, estuviera retrasando su tratamiento de manera intencional.
Además, ese trato de trabajar tres meses en el Grupo Hurtado fue algo que Benjamín apenas le había propuesto.
Jimena, sin abrir los ojos, respondió con voz serena:
—Benjamín todavía siente curiosidad por ti, ¿cómo va a dejar que te vayas tan fácil?
Petra apretó los labios. Ese tipo de interés pasajero, ¿cuánto podría durar?
Tarde o temprano, Benjamín terminaría comprometiéndose con Florencia.
Ella solo necesitaba asegurarse de no dejarse atrapar por él mientras durara esa curiosidad, ni buscarse problemas, y salir de todo eso sin heridas.
Jimena, al ver que Petra guardaba silencio, la miró de reojo. Notó el dolor reflejado en sus ojos y la expresión tranquila que intentaba mantener. Frunció el ceño.
Jimena y Benjamín, en el fondo, eran muy parecidos, así que conocía bien la manera de pensar de él.
Después de todo, fue Petra quien insistió en romper el compromiso, dejándolo en una posición incómoda. Ahora, él se negaba a dar el primer paso para terminar con esa tensión entre ambos y prefería mantenerla cerca.
Petra, marcada por el carácter de su madre, siempre había vivido con una profunda inseguridad, y jamás sería ella quien diera el primer paso.
Jimena tampoco quería empujar a Petra a enfrentar a Benjamín.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda
Me gustaría saber cuántos capítulos faltan y cuando los publicará...