La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 461

Petra frunció el entrecejo, abrió la boca como para decir algo, pero las palabras se le quedaron atoradas en la garganta. Justo entonces, vio que Benjamín bajó la mano y, con voz tranquila, comentó:

—Este informe está muy bien hecho. Apenas acabas de llegar a Grupo Hurtado y no conoces la mayoría de las cosas de la empresa. Seguro sacrificaste mucho de tu tiempo para terminarlo.

Mientras lo escuchaba hablarle con ese tono de jefe elogiando a una empleada ejemplar, Petra sintió incomodidad, como si algo le revolviera el estómago.

—Acabo de ver el mensaje que me mandó tu hermana. Ya que ella me lo pidió, no tengo razón para negarme.

—Tómate la tarde libre, puedes irte ahora.

Petra se quedó en shock, sin moverse.

Benjamín notó que seguía parada en el mismo sitio y preguntó:

—¿Hay algo más?

Su voz sonaba serena, y su actitud era mucho más amable de lo que había mostrado antes con ella.

Petra negó con la cabeza.

—No, ya no es nada.

Agachó la cabeza y salió de la oficina de Benjamín. Justo antes de cerrar la puerta, levantó la mirada para verlo.

El hombre, sentado en su silla, parecía completamente tranquilo, concentrado en los papeles que tenía sobre el escritorio.

Quizá notó la mirada de Petra, porque Benjamín levantó la vista y sus ojos se encontraron en el aire.

El choque de miradas duró apenas un segundo, pero Petra apartó la vista de inmediato y cerró la puerta detrás de ella.

...

De regreso en su lugar de trabajo, Valentina se acercó enseguida, llena de curiosidad.

—Petra, ¿a quién recomendaste con el señor Benjamín?

Desde que Petra había entrado a Grupo Hurtado, Valentina era prácticamente la única que le mostraba algo de amabilidad, así que esperaba que, de recomendar a alguien, fuera a ella.

En cuanto Valentina hizo la pregunta, todos los compañeros la miraron, igual de intrigados. Querían saber quién había tenido la suerte de ser recomendado para una oportunidad así.

—El señor Benjamín va a presentar el informe él mismo en la fiesta de fin de año.

Valentina soltó un —Ah—, y la ilusión se le borró de la cara en un instante.

Al escuchar la respuesta, el resto del equipo suspiró aliviado y todos volvieron a concentrarse en sus tareas.

En ese momento, Valentina sintió un nudo en el pecho.