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La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 468

El asistente, al escuchar la instrucción, respondió de inmediato:

—Entendido, señor Benjamín.

Al salir del restaurante, giró a la izquierda, justo en dirección contraria a la que Petra había tomado.

El carro avanzó varios metros antes de que el asistente, nervioso, echara un vistazo al retrovisor.

Benjamín iba recostado en el asiento, con los ojos cerrados. Era imposible saber si dormía o simplemente descansaba.

El asistente no comprendía por qué Benjamín había llegado antes al restaurante, ni por qué, al ver a Petra entrar, no hizo nada por detenerla.

Tampoco entendía por qué, después de haber esperado toda la noche frente al restaurante, ahora que Petra y Delfín se iban juntos, Benjamín no los seguía.

Y mucho menos podía explicarse cómo era posible que, tras pasar el día entero sin comer, Benjamín no mostrara el más mínimo signo de hambre.

Cuando el aroma de la comida de Sinfonía Culinaria se coló hasta donde él estaba, su estómago ya había gruñido varias veces.

...

Elixir de los Andes.

Cuando Benjamín entró al privado, Víctor Ferrer y Jaime Ponce, junto con algunos amigos, ya habían cenado y planeaban subir a jugar cartas.

Víctor alzó la vista al notar la entrada de Benjamín, quien irradiaba una energía distante y cortante, y arqueó una ceja.

—¿No que no ibas a venir?

Benjamín no respondió. Se dirigió directo a la mesa, apartó una silla y se sentó.

Jaime observó la escena, levantando apenas una ceja, a punto de preguntarle a Benjamín qué pasaba cuando el timbre de su celular interrumpió sus pensamientos.

Tomó el celular y, al ver la pantalla, reconoció el número de su primo menor. Sin dudarlo, contestó.

—¿Delfín, qué pasó?

La mano de Benjamín, que estaba sirviendo vino, se detuvo por un instante. Dejó la botella y fijó la mirada en Jaime.

—Ese muchacho anda metido en asuntos de amor últimamente.

—Resulta que lleva años enamorado de una chica. Por lo que supe, la familia de la muchacha le está arreglando citas a ciegas, y el tipo, obvio, se metió al ruedo. Desde hace tres días me anda preguntando cómo conquistarla.

—Hace un rato me llamó para decirme que ya se le declaró, pero la chava le salió con que todavía no supera a su exnovio, con el que estuvo siete años. Que si se casa con él así, sería injusto, que mejor solo sean amigos. Y me preguntaba qué hacer.

—¿Eso es tan complicado? Primero la conquistas, luego haces que las cosas avancen, y si terminan teniendo un hijo, el ex queda en el olvido, como un mal recuerdo.

Mientras hablaba, Jaime empujó con el codo a Benjamín, que seguía bebiendo solo.

—Oye, ¿vas a seguir empinando el codo o qué?

Víctor guardó silencio, pero ya había entendido quién era la chica de la cita a ciegas de la que hablaba Delfín.

No le sorprendía que Benjamín estuviera actuando raro desde que llegó.

Después de todo, cuando por fin logras tener cerca a la persona que te importa y de repente se va a una cita a ciegas, cualquiera perdería la cabeza.

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